Haciendo un poco atrás el tiempo, más exactamente en un domingo de Pascuas, se viralizó una foto de un vecino que la estaba pasando mal. Como consecuencia de esto, se autoconvocan y deciden sumarse a darle una mano. De a poco, empezaron a llegar las donaciones y así como fueron llegando, las fueron entregando. Al estar allí, se dan cuenta que ahora, también, necesitaban mano de obra.
Mientras estaban trabajando se acercó una vecina con una olla de comida. De pronto, se dieron cuenta que se estaba formando una “cadena”, la cual comenzaba a sumar más eslabones, donde cada uno tiene la cuota que se requiere para ser empático con cada ser que está en una situación de vulnerabilidad.
Hoy está quien dona su tiempo y conocimiento para poner un calefactor, otro coloca una puerta, entre otros hacen el piso y juntos, reconstruyen una casa.
Estas familias, luego de ser asistidas, al mejor estilo de Los Simuladores se suman para seguir con un nuevo desafío, para que otro vecino tenga la posibilidad de poder sentir esa mano solidaria y cálida, que llegó en el momento justo.
Leé más notas de Laura Gorocito
Compartir esta noticia
Dejanos tu comentario