Ese aroma que invade el hogar mientras el bizcochuelo se prepara en el horno ya hace que valga la pena cocinarlo. Sirve de base para cualquier torta pero también es una opción para la merienda o el desayuno que no suele tener detractores. Sus más clásicas versiones son las de sabor vainilla o chocolate.

En un breve repaso por sus orígenes, el bizcochuelo es una preparación de gran antigüedad, hay antecedentes que se remontan al siglo X antes de Cristo. Además, la palabra bizcocho proviene del latín: bis coctus que significa cocido dos veces.

Es una receta tradicional que en la Argentina se aprovecha mucho para la pastelería. En casa, se puede realizar con sólo tres ingredientes que se consiguen fácilmente en cualquier comercio de barrio o supermercado.

Su versión básica necesita de 4 huevos, 120 gramos de azúcar y 120 gramos de harina común de repostería. Claro que para enriquecer la preparación del bizcochuelo se le pueden agregar otros que comúnmente se encuentran en la alacena del hogar, como una pizca de sal, vainilla, canela, entre otros.

Lo primero que hay que hacer es tomar dos recipientes y separar las yemas de las claras de los huevos. Las yemas se colocan en el más pequeño y las claras en otro más grande. Una vez realizado ese paso, es necesario montar las claras del huevo a casi punto de nieve. Para llegar a ese nivel se pueden batir con la batidora eléctrica y apagarla cuando comience a tomar algo de consistencia. Esto puede llevar un minuto y medio aproximadamente. A eso se le agrega la mitad del azúcar y ahí sí hay que seguir batiendo hasta que se monte al punto de nieve por completo. Este paso puede llevar un minuto más.

Concluído el batido, hay que pasar las yemas al recipiente donde están las claras y con una cuchara o espátula mezclar realizando movimientos envolventes, hasta lograr una masa homogénea. Es en ese momento donde se agrega la harina previamente tamizada. Es importante incorporarla también movimientos envolventes.

Para esta receta sirve perfectamente un molde o cacerola (que se pueda meter en el horno) de 18 por 22 centímetros. Una vez enmantecado o rociado con aceite, se puede introducir la masa de lo que será el futuro bizcocho casero.

El horno debe estar previamente calentado a 180ºC. La cocción tarda entre media hora y 45 minutos. Se puede ir probando si está listo introduciendo un palillo. Si sale seco, ya está terminado el bizcochuelo. Al retirarlo conviene dejarlo enfriar unos diez minutos como para que esté en su punto ideal.

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