El Día Nacional del Mate se conmemora cada 30 de noviembre para rendirle homenaje a la infusión favorita de los argentinos. La costumbre de “matear” gira en torno a un momento compartido aunque también disfrutarse en solitario y varias veces al día.

De hecho, según el Instituto Nacional de la Yerba, en el país se consumen 110 litros anuales por persona, más que en cualquier otra parte del mundo. No es para menos, este ícono de la cultura regional es el compañero perfecto en cualquier momento del día y como tal, se merece tener su propia celebración.

El Día Nacional del Mate se realiza en homenaje al nacimiento del caudillo Andrés Guacurarí, el único gobernador indígena de la historia argentina que fomentó la producción y distribución de la yerba mate.

¿Cómo preparar el mate perfecto?

Este emblema nacional requiere de una preparación y cuidado especial para poder tomarlo. Para armar un buen mate hay que respetar ciertas reglas: la temperatura del agua es una de los más importantes pero también se debe prestar atención a la colocación de la yerba para que el sabor dure más y evitar que se lave.

El mate perfecto requiere de agua limpia a una temperatura no superior a los 80-85 grados y jamás hervida. Para el armado primero hay que tomar el recipiente, llenarlo hasta un 75% de su capacidad, tapar y agitar 3 veces, en la última torcer el contenido para formar con la yerba una especie de tobogán. Esto permite deshacerse del polvillo que trae la yerba y dejar un hueco para servir.

En la parte más baja verter un chorrito de agua, esperar un minuto y colocar la bombilla tapando la boquilla (esto genera un vacío y evita que se tape el mate) en el mismo espacio. Cebar hasta que comience a perder el sabor y ahí se inaugura la parte que quedó con yerba seca. De esta forma el mate queda sabroso por más tiempo.

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