El flan es de las preparaciones más antiguas que se conocen como postre y su origen no ha sido del todo establecido. Dicen que antes de Cristo las civilizaciones romana, griega y de los fenicios ya lo cocinaban y lo identificaban con el nombre de Tyropatina. Probablemente, por la simpleza de sus ingredientes, el flan ha atravesado todas las épocas y continúa siendo uno de los preferidos a la hora de sentarse a comer algo dulce.
Lleva huevos enteros, leche y azúcar de base. Aunque, según la región, la receta puede variar un poco teniendo impacto en su textura. En algunas cocinas se les agrega también trozos de frutas o frutos secos.
Entre los tres ingredientes principales se obtiene una mezcla aplicando pasos precisos. Como toda receta clásica, la técnica empleada o los procedimientos pueden variar un poco según el cocinero. Finalizada la preparación, se lleva a la heladera por unas horas hasta obtener una textura cremosa y gelatinosa.
Una versión muy común es llenar el molde con caramelo para que, al pasar el flan al plato, le caiga la salsa acaramelada por los costados. En los restaurantes y en los hogares argentinos suele servirse con acompañamiento “mixto” de crema y dulce de leche.
Receta de flan casero
Ingredientes
- 8 huevos
- 1 litro de leche
- Esencia de vainilla
- 200 grs azúcar
- 1 taza azúcar extra para acaramelar
Preparación
- Calentar la leche con el azúcar hasta disolverla y dejar entibiar.
- Mezclar, sin batir, los huevos y la esencia de vainilla.
- Agregar a la leche tibia, mezclando con batidor y colar la preparación.
- Volcar la mezcla de flan en el molde acaramelado.
- Colocar el molde en una placa sobre un papel absorbente y cubrir hasta la mitad con agua. Tapar el molde con papel de aluminio.
- Hornear a 150 grados por una hora o hasta que el flan haya coagulado.
- Dejar enfriar y guardar en la heladera por varias horas antes de desmoldar.
- Servir con dulce de leche o crema chantilly.
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