La receta de la salsa blanca es una de las más populares en las cocinas de todo el mundo. Acompañamiento de pastas, carnes y todo tipo de platos, esta preparación es un gran comodín para darle una cuota extra de sabor y consistencia a la mayoría de las comidas caseras.

Cocinar una salsa blanca -o bechamel como también se la denomina- es muy sencillo, con unos pocos ingredientes básicos (leche y harina) alcanza para tenerla lista en pocos minutos.

El verdadero desafío a la hora de realizar esta receta es conseguir la consistencia adecuada. La salsa blanca debe quedar bien espesa pero no demasiado. Cuando está mal hecha da como resultado una preparación demasiado aguada o, en su defecto, una masa demasiado firme.

Una vez dominados los pasos para alcanzar el punto justo, tan solo queda perfeccionarla con ingredientes extra como la manteca y nuez moscada, entre otros.

Salsa blanca

Ingredientes

 

  • 50 grs. de manteca
  • 50 grs. harina
  • 500 ml leche
  • 1 pizca nuez moscada
  • Sal y pimienta

Preparación

  1. Fundir la manteca a fuego medio.
  2. Retirar del fuego y añadir la harina. Remover hasta obtener una pasta fina.
  3. Incorporar la leche poco a poco asegurándonos de que la mezcla resulta homogénea.
  4. Llevar al fuego nuevamente y cocinar la salsa a fuego medio – fuerte, sin dejar de remover, hasta que empiece a hervir.
  5. Una vez alcanzado el punto justo, bajar el fuego, tapar y remover de vez en cuando durante un mínimo de 20 minutos.
  6. Cuando se adhiera al dorso del cucharón, estará lista para servir. Retirar del fuego, salar y añadir la pimienta y la nuez moscada.

 

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