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En conmemoración del 214° aniversario de la Prefectura Naval Argentina, se llevó a cabo una emocionante actividad en la localidad de Río Gallegos. Se trató de una travesía en kayak desde el buque hundido Marjory Glen, en Punta Loyola, hasta el Club Náutico Centro Marítimo Austral (CeMA).
Con temperaturas bajo cero, 22 kayakistas de Santa Cruz completaron una travesía de más de 20 kilómetros, explorando barcos hundidos como el Marjory Glen y El Matrero, además de la costa norte de Punta Gancho. Es importante destacar que fueron acompañados por botes de apoyo de la PNA.
Una vez concluido este desafío, La Opinión Austral conversó con Jorge Prado, presidente del CeMA, quien explicó que se había planeado una regata y una travesía para conmemorar la incorporación de la Prefectura Naval Argentina como institución patria. Sin embargo, esta primera propuesta tuvo que posponerse debido a “razones climáticas y el estado de las rutas”.
Respecto a la jornada de hoy, aseguró que el balance “es todo positivo, estamos felices de la vida, la verdad que salimos y llegamos intactos, eso es lo primero que debemos prever”. Destacó que, a partir de un enfoque turístico, fue una gran oportunidad para visitar “muchos lugares importantes que tiene nuestra ría y estuario, y que la gente desconoce”.
Prado también resaltó la responsabilidad y el esfuerzo del grupo que formó parte del recorrido. Mencionó que “algunos tuvieron que venir con el estado de las rutas desde Piedra Buena y otros lugares”. Aunque lamentó que “otros no pudieron venir”, recalcó que “se va a volver a repetir, como ya venimos haciendo en la tercera edición del festejo del día de la Prefectura”.
Para cerrar, aseguró que navegar en kayak, especialmente en una región donde predominan temperaturas extremas como en la Patagonia, “es algo que se lleva en la sangre”. Agregó que “es algo que se contagia, un día lo probaste y después no lo largás nunca más. Yo hago kayak desde los 8 años y acá estamos, no te para la nieve ni el frío y la gente que está acá es igual”.
La Opinión Austral conversó con más personas que se sumaron a esta gran experiencia. Una de ellas fue la kayakista Andrea Sanromán, quien subrayó que “te ponés unos guantes y medias de neoprene, salvavidas y una térmica abajo y no tenés frío”. Además, describió la salida como “alucinante, lobos marinos, aves, un espectáculo”.
Otro de los que habló acerca de la actividad fue Alexandro, quien viajó desde la localidad de Piedra Buena. “Estuvimos al tanto del evento, tanto la regata que se suspendió como la travesía que quedó, así que armamos un grupito chiquito con las condiciones medio complicadas de las rutas y demás”, dijo.
Comentó que “fue un poco desafiante y muy divertido”. A propósito, se refirió a las condiciones climáticas al detallar que “el viento y el frío son los factores que nos complican, pero el tema es la organización, la logística y el liderazgo, cómo llevar a cabo toda la travesía sin improvisar”.
Sobre este último punto, enfatizó que la propuesta fue exitosa debido a una planificación anticipada: “Todo estaba bastante calculado, había muchas embarcaciones de apoyo a motor y todo eso que se fue sumando nos da también la confianza para poder hacerlo”. Finalmente, mencionó que “es la primera vez que remo acá, y no fue del todo fácil, estamos en la Patagonia“.
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