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Las oficinas de Veterinaria del Municipio de Río Gallegos fueron escenario de un acto de vandalismo protagonizado por un vecino.

El inesperado episodio ocurrió en la mañana de este jueves cuando un hombre que tenía un perro de raza pitbull pampa, adoptado de manera particular a una vecina, que no se había adaptado a las otras mascotas, decidió llevarlo al área municipal.

Le indicaron que no podían recibirlo y que solo contaban con caniles transitorios por motivos específicos, además le informaron sobre la ley nacional 14346 y la ordenanza 8426, y que en caso de abandonarlo le correspondería una multa. Como respuesta el hombre comenzó a dar golpes de puño a los vidrios y arrojar piedras a las oficinas, donde habían empleados atendiendo a otros vecinos.

Desde el área, mediante sus redes sociales, realizaron un llamado a la reflexión: “A la hora de adoptar una mascota, seamos conscientes de que son seres vivos, tienen sentimientos y muchas veces necesitan adaptarse al nuevo hogar por lo que necesitan tiempo y paciencia. No son un objeto que no me gustó y lo devuelvo. Seamos responsables, los animales también sufren estos desarraigos“.

La violencia, indicaron, “no cubre el accionar de esta persona que además de los daños materiales y daño emocional a las personas que se encontraban en el momento, abandonó a su perro“, el cual se encuentra en el sector de caniles.

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