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La comunidad de la Iglesia San Benito de Río Gallegos celebró con una misa este 15 de agosto la advocación mariana de la virgen de Urkupiña.
La celebración de la virgen de Urkupiña “es una devoción de nuestros hermanos de Bolivia, del norte del país, este año, preparamos, junto con ellos y la comunidad de San Benito, la novena que comenzó el 6 y terminó el 14 de agosto”, contó la hermana Marilú a La Opinión Austral.
Durante esos nueve días, continuó contando, “las familias trajeron sus imágenes, pudimos rezar el rosario y cada uno fue poniendo su intención”.
“Es una fiesta que nos ayuda a valorar nuestras raíces”.HERMANA MARILÚ
De la celebración de las fiestas patronales, manifestó: “Por sobre todas las cosas, rescato el valor de las raíces de las familias y la historia, las imágenes son muy antiguas, vienen de una tradición familiar, pasando de generación en generación. A la novena venían los abuelos, los adultos, pero también los matrimonios jóvenes, los adolescentes, los jóvenes, los niños. Es una fiesta que nos ayuda a valorar nuestras raíces, nuestras raíces culturales, nuestras raíces religiosas, creo que ese es el gran valor que nos transmiten nuestros hermanos devotos de la Virgen de Urkupiña o de lo que fue Tata Santiago el mes pasado”.
Cada uno de los días de la novena, después del rezo del rosario, las familias “sahumaban con el incienso, con este rico aroma las ofrendas, la oración, la propia vida y este deseo de ser perfumes para otros en la vida cotidiana”.
En la víspera del 15 de agosto, las familias compartieron. “Nos acompañaron con el tinku, la comunidad de los hermanos de Salta trajeron también sus bailes que se ofrecen a la virgen y es un modo también de agradecerle, de ofrecer la vida, es una manera de danzar, cada uno con su cultura, con su ritmo, para la virgen”, explicó.

El 15 de agosto es además un día importante para la Iglesia ya que se celebra la Asunción de la virgen. “Creemos que María está junto a Jesús en el corazón de Dios, María sube al cielo en cuerpo y alma, es un misterio de fe muy grande que todos celebramos con mucho cariño porque alguien nuestro, alguien que caminó, que vivió como fue la virgen, hoy está junto al Padre y por eso es una fiesta de la virgen muy significativa para toda la comunidad católica”, manifestó.
Cerrando, expresó gratitud: “Le agradecemos profundamente a la comunidad de Urkupiña que nos ayudó a preparar el corazón. En la novena pedíamos especialmente tres cosas: el trabajo digno para todos, el pan y la paz en los hogares, pero también la paz en nuestro país. Pedíamos que en nuestro país pueda ser un tiempo donde podamos aprender a tratarnos bien, a valorarnos y que todos podamos tener lo necesario para vivir con dignidad. Pedimos especialmente como comunidad por nuestro país”.
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