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Cuando uno de sus ocho hermanos se recibió de licenciado en Administración, Enzo Ojeda (26), quien aún cursaba el secundario, comenzó a pensar en la universidad.

En 2017 se inscribió en Analista de Sistemas en la Unidad Académica Río Gallegos de la UNPA, cursó un cuatrimestre, no le gustó y probando suerte, decidió cambiarse a Administración.

“Es un campo que hasta el día de hoy considero que se aplica a cualquier persona, no solamente una organización con o sin fines de lucro necesita administrar, todos necesitamos administrar nuestra vida, nuestros recursos, nuestro dinero”, explica a La Opinión Austral.

Su paso del secundario a la universidad no fue sencillo. “En la secundaria era el típico nerd, pero me encontré de lleno con lo que es la universidad en una transición donde hubo mucho paro (en el secundario) y no ingresé con el conocimiento que requería en su momento. Me costó un poco, pero es como dicen algunos profesores, son ‘horas silla'”.

“Me di contra una pared”, dice y recuerda cuando desaprobó su segundo final: “Ahí me di cuenta que eso es la universidad. Te encontrás con un montón de frustraciones en el camino, pero es parte de la transición“.

Enzo Ojeda junto a Cristina Concepción, su mamá, y Jorge Ojeda, su papá.

La economía también fue una variable que atravesó toda su experiencia universitaria. “Era complicado porque somos nueve hermanos y los recursos escaseaban, una de las oportunidades que me dio la universidad fueron las becas, sobre todo de fotocopias y de comedor. La universidad me quedaba a 40 minutos, así que quieras o no eran 40 minutos, tanto en la ida como en la vuelta, ya sea en colectivo o caminando”, explica.

Entró al campus sin conocer a nadie y pasó a formar un grupo de estudio que hoy es su grupo de amigos. “Creo que ellos fueron un apoyo clave para que hoy sea licenciado”, señala.

En su experiencia, indica que fue clave hacer grupos y “si salen amigos, mejor, porque son un apoyo incondicional. Además, no hay que tener miedo a preguntar, nadie nace sabiendo, no solamente a los compañeros, sino a los profesores. Al principio va a costar la transición de la secundaria a la universidad, no es fácil, te encontrás con tremendas paredes, vas a tener que dejar algún fin de semana, pero a la larga trae su beneficio“.

Relaciones laborales

¿Qué fue lo que le gustó de esa carrera a la que apostó? “Al principio todo lo que es finanzas y contabilidad me apasionaba mucho, se me hacía más fácil de comprender porque siempre tuve pasión por las matemáticas. Llegando al último tramo, vimos un nuevo paradigma que se llama paradigma de la administración, donde se hacía más foco en el ser humano, las relaciones con las personas dentro de un ámbito laboral, eso hasta el día de hoy me sigue llamando la atención y es adonde apunto a trabajar”.

Ojeda se recibió el 1° de marzo de este año en la mesa de Dirección General, donde presentó el diagnóstico empresarial de una pyme y sus respectivas propuestas de mejoras.

“Elegí esa materia para recibirme porque las profesoras del jurado, actualmente colegas, fueron referentes para mí, marcaron un antes y un después en mi carrera universitaria. Viví ese final muy cómodo”.

Sobre ese día dice que “fue hermoso, fue pura nostalgia, el camino a recibirme no fue fácil, pasaron un montón de cosas en el medio, entonces unos días antes me puse a recordar todo eso”.

Enzo Ojeda tras recibir su título de manos de la secretaria Académica de la UARG, Mónica Musci.

Entre las cosas que pasaron cuando estaba cursando, estuvieron los problemas de salud de su papá. “Fue difícil esa etapa, pero se pudo sobrellevar, después de un par de meses, mejoró. Era su sueño verme recibirme como licenciado. Fue un apoyo importante”.

Cuando entró a rendir, cuenta que “habían dos o tres amigos y cuando salí del aula, tenía el pasillo repleto de familiares y amigos”.

¿Qué es la universidad? “Para mí ha sido un apoyo. Hoy cualquier persona, independientemente de la situación económica en la que se encuentre, puede acceder a un título. No hubiera podido en su momento, y hasta el día de hoy quizás, irme a estudiar afuera o pagarme una universidad privada a distancia”, señala.

Gracias a que la universidad está acá y es pública y gratuita, pude acceder a un título y puedo tener todo lo que tengo hoy“, afirma el licenciado que el año pasando realizó una pasantía, está trabajando y hace algunos meses comenzó a cursar una especialización en Dirección de Recursos Humanos.

La universidad, independientemente de si culminás o no tu carrera, te cambia la perspectiva. Hay personas que saben muchísimo y que te motivan a aprender, hay docentes muy comprometidos con la universidad que investigan y hacen proyectos de extensión. Creo que cada uno, desde su metro cuadrado, docente, no docente, estudiante, hoy tiene que poner un grano de arena ante esta situación tan delicada en la que se encuentra”, sostiene.

“La universidad para mí es un apoyo, hoy en día, gracias a la universidad soy lo que soy”, cierra.

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