Este domingo, el obispo elegido por el papa Francisco para conducir la Diócesis de Río Gallegos, Ignacio Medina, celebró su primera misa en Río Gallegos desde su designación el pasado 11 de agosto. Junto a él, estuvo el obispo auxiliar de Santa Cruz y Tierra del Fuego, Fabián González Balsa, quién cumple la función de administrador apostólico de la Diócesis hasta la asunción de Medina prevista para el próximo 14 de octubre.

La misa se celebró en la Parroquia Santuario María del Rosario de San Nicolás de la capital santacruceña y contó con una nutrida concurrencia, entre la que destacó un grupo de jóvenes que se encuentran preparándose para su Confirmación.

Durante la ceremonia, el monseñor Medina hizo lectura de la  historia de Jesús y la mujer cananea, narración que se encuentra en Mateo 15:21-28.

“Saliendo Jesús de allí, se fue a la región de Tiro y de Sidón. Y he aquí una mujer cananea que había salido de aquella región clamaba, diciéndole: ¡Señor, Hijo de David, ten misericordia de mí! Mi hija es gravemente atormentada por un demonio. Pero Jesús no le respondió palabra. Entonces acercándose sus discípulos, le rogaron, diciendo: Despídela, pues da voces tras nosotros. Él respondiendo, dijo: No soy enviado sino a las ovejas perdidas de la casa de Israel. Entonces ella vino y se postró ante él, diciendo: ¡Señor, socórreme! Respondiendo él, dijo: No está bien tomar el pan de los hijos, y echarlo a los perrillos. Y ella dijo: Sí, Señor; pero aun los perrillos comen de las migajas que caen de la mesa de sus amos. Entonces respondiendo Jesús, dijo: Oh mujer, grande es tu fe; hágase contigo como quieres. Y su hija fue sanada desde aquella hora”, reza el pasaje del evangelio según Marcos que leyó el moseñor Ignacio Medina. La historia de la mujer cananea destaca la importancia de perseverar en la oración y la fe, tener humildad en nuestra relación con Dios y aprender a amar sin prejuicios ni discriminación.

Por su parte, González Balsa dedicó unas palabras a los jóvenes presentes e indicó: “Ustedes (por los jóvenes) viven permanentemente de cambio en cambio. A veces hay cambios que son buenos y a veces hay cambios que son un desastre“.

En ese tenor, el obispo auxiliar manifestó: “En la Argentina no estamos muy acostumbrados a dialogar. Todo el mundo se pelea, todo el mundo quiere imponer su idea. El otro si dice algo distinto es mi enemigo y lo descarto, lo saco. Hace bien dialogar, con Dios, que le llamamos rezar, y dialogar con los demás”.

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