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Franco, un joven viajero originario de Guadalajara, México, lleva más de tres años recorriendo Latinoamérica en bicicleta junto a su fiel compañero Milo, un perro que se ha convertido en parte esencial de esta aventura. Tras cumplir el sueño de llegar a Ushuaia, la ciudad más austral del mundo, ahora ambos emprenden el regreso hacia el norte del continente y actualmente se encuentran en Río Gallegos.

A través de sus redes sociales, Franco compartió su historia junto a fotos de su travesia que rápidamente se viralizaron. Según explicó arribó este miércoles a la ciudad y paso la noche a la intemperie: “acampé por la Costanera, porque los camping me dijeron que no podían recibirme por cuestión de que permanecía cerrado por ser feriado”, escribió en su cuenta de Facebook, Balalbike.

Franco y su perro Milo recorren Latinoamérica en bicicleta, llegaron a Río Gallegos y buscan un aventón para seguir viajeFranco y su perro Milo recorren Latinoamérica en bicicleta, llegaron a Río Gallegos y buscan un aventón para seguir viaje

Tan pronto como compartió su historia, varios vecinos se ofrecieron a darle alojamiento y lo invitaron a comer. “Nos gustaría invitarlos a almorzar a ambos! Típico locro del 1ro de mayo”, escribió una usuaria.

En su publicación, Franco hizo un llamado a la solidaridad para conseguir un aventón hacia el norte, ya que las inclemencias del clima patagónico dificultan el trayecto en bicicleta por la Ruta 3.

“Estamos en Río Gallegos con la esperanza de tomar un aventón hacia el norte, Comodoro, Puerto Madryn, Bahía Blanca… lo que sea es de gran ayuda”, explicó y agregó: “Motivos: el frío y viento en la Ruta 3 y porque queremos aprovechar el tiempo conociendo el norte de Argentina.”

La historia de Franco y Milo no solo ha capturado la atención por la magnitud del recorrido —más de 10.000 kilómetros desde México hasta el extremo sur de Argentina—, sino también por la conexión inquebrantable entre el viajero y su mascota.

El joven ha documentado su viaje por redes sociales, donde miles de personas siguen sus aventuras a través de paisajes imponentes, experiencias únicas y encuentros con comunidades locales. A lo largo del camino, Franco ha recibido apoyo en forma de alojamiento, comida y mensajes de aliento, lo que demuestra el poder de la conexión humana más allá de las fronteras.

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