La pandemia de coronavirus ha modificado el estilo de vida de las personas a tal punto que se vieron afectados los vínculos interpersonales. El aislamiento ha producido angustia en la gente que muchas veces no tiene a quién recurrir para hablar de sus problemas. En estas circunstancias delicadas, donde los lazos sociales están tan debilitados, la solidaridad y buena voluntad se manifiesta más que nunca.

Este es el caso de los integrantes del grupo Alimentando Corazones pertenecientes a la Iglesia “El Buen Pastor” de la ciudad de Río Gallegos. Ellos trabajan hace tiempo brindando ayuda a las familias más necesitadas, pero ahora impulsan una propuesta para oír a quienes necesitan ser escuchados. El proyecto se llama “Alimentando Oye” y propone una alternativa para dialogar y dar consejos a quien lo necesite.

Abigail es una de las impulsora de esta propuesta y contó a La Opinión Austral cómo surge este proyecto. “Buscamos brindar ayuda a aquellas personas que necesitan alguien para hablar y no tienen con quien hacerlo”, explicó la joven. En ese sentido, apuntó que a veces “la gente no tiene a nadie de confianza” o necesitan hablar de temas que “demandan mucha discreción”. Por este motivo, los integrantes del grupo armaron las “horas activas” donde disponen de líneas telefónicas para contener a las personas.

 

FOTO: Alimentando Corazones (Facebook)

“Contamos con Whatsapp y también con línea para llamadas”, aseguró Abigail. Los miembros de Alimentando Corazones trabajan de lunes a viernes en tres turnos distintos. Por la mañana, la hora activa está de 10 a 12, por la tarde de 17 a 19 y a la noche de 22 a 00 horas.

Los jóvenes buscan asistir a todas las personas “sin importar de donde sean, su edad o su género”. Los jóvenes de Alimentando Corazones prestan sus oídos a quien más lo necesita sin pedir nada a cambio.

Sin dudas, son invaluables este tipo de acciones que buscan ayudar a la gente y hacer más llevadera esta pandemia.

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