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La querida vecina de Río Gallegos, Graciela Suárez, llegó este sábado al Sanatorio Anchorena de Buenos Aires para ser operada a las 14 horas, pero una nueva traba burocrática retrasó el procedimiento. Aunque el cirujano Jonathan Bornia ya cuenta con la autorización del láser necesario para la intervención, la cirugía no puede realizarse porque la obra social aún no envió la autorización correspondiente.

Desde la recepción del sanatorio, Graciela relató su dramática situación a La Opinión Austral: “Mi médico me acaba de avisar todo esto. Sigo con los dolores. No doy más. Acá, ahora no puedo tomar calmantes porque es la previa a la cirugía. Y tampoco puedo volver al hotel. Tengo que esperar”, expresó con angustia.

Una espera dolorosa y un pedido urgente

Desde hace semanas, Graciela enfrenta una difícil lucha contra una grave afección renal. Luego de meses de diagnósticos errados y un dolor insoportable, finalmente le confirmaron la necesidad de una cirugía para remover una piedra de gran tamaño en la vía urinaria y tratar una infección en su riñón izquierdo.

Inicialmente, la operación estaba programada para el 3 de febrero, pero fue suspendida por la falta de insumos médicos y la aprobación de la Caja De Servicios Sociales. La nueva fecha se fijó para el 8 de febrero, pero ahora vuelve a quedar en duda por la demora en la autorización de la obra social.

En este contexto, se intenta contactar a autoridades de Casa Santa Cruz para agilizar el trámite y permitir que la intervención se realice lo antes posible.

 

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