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Después de un poco más de dos meses, a fines de marzo pasado, la vecina solidaria Graciela Suárez regresó a Río Gallegos.

La fundadora de la Red de Mujeres Solidarias había estado internada en el Hospital Regional Río Gallegos a fines de 2024 y posteriormente, fue derivada a Buenos Aires, donde debió afrontar varias intervenciones quirúrgicas por una piedra que obstruía la vía urinaria.

Su salud se vio gravemente comprometida, requiriendo tres cirugías y la colocación de sondas para facilitar su recuperación. Además, tuvo que superar infecciones.

“Estoy un poquito sensible, no solo por la situación que estoy viviendo, sino también por el encierro”, había expresado en una transmisión en vivo que realizó durante su internación en el Sanatorio Anchorena. El tiempo transcurrido y lo extenso del tratamiento habían comenzado a afectarla anímicamente.

Finalmente, Suárez pudo regresar a la capital provincial, donde se encuentra en recuperación.

Sin embargo, La Opinión Austral pudo saber que en las últimas semanas, su estado de salud ha empeorado y, entre otros síntomas, presenta mareos y se encuentra débil.

“Estoy muy débil, espero que no me deriven de nuevo a Buenos Aires”, dijo a La Opinión Austral. Contó que bajó mucho de peso y “hay días que no puedo caminar”, esperanzada en que la infección que le han detectado pueda ser tratada en Río Gallegos.

“Es algo de nunca acabar…”, lamentó y dijo: “Es una bacteria muy fuerte. Tomé antibióticos y nada”.

En tanto que por no contar con el dinero, no pudo comprar los medicamentos, entre ellos unas vitaminas que son esenciales para su recuperación tras las múltiples cirugías que tuvo que atravesar.

Nueva infección

Graciela también se realizó nuevos estudios de laboratorio de los que espera resultados en el transcurso de la semana y deberá ser atendida por un nefrólogo.

La principal complicación en su cuadro es que en caso de que la infección bacteriana no pueda ser combatida, ésta se puede extender a los pulmones.

En este sentido, desde su entorno, preocupa la posibilidad de que la infección no pueda ser controlada y nuevamente deba ser derivada a Ciudad de Buenos Aires.

EN ESTA NOTA Graciela Suarez

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