Como ocurre cada primavera, miles y miles de pájaros y pichones sobrevuelan la ciudad de Río Gallegos, donde se ubica uno de los estuarios más importantes de la Patagonia. En esta última migración, “Pío Pío”, un pequeño y cariñoso pichón perdió de vista su bandada y terminó desorientado en el patio de una vecina de la capital de Santa Cruz.
Poco después, “Cuchi Cuchi”, el gato de la mujer, hizo a un lado su instinto cazador y rescató al gorrión para llevárselo a su dueña. “Necesito que me digan qué hacer con este pajarito”, exclamó Ianina Ain Canevarolo en un grupo de Facebook. “Me lo trajo mi gato. Es pichón, no vuela, pero tampoco sé de dónde lo sacó”.
Los días pasaron y Pío Pío no amagó a alzar las alas ni una sola vez. Incluso encontró refugio debajo de un trapo de piso y casi no se movió de ahí. Fue entonces que lanina terminó adoptándolo de forma transitoria hasta que alguien le indicara la forma correcta de cuidarlo o llevarlo a un especialista que se hiciera cargo. “Si tenés un árbol dejalo ahí. Va a volar solo”, le dijo uno. “Alimentalo con pan remojado, agua o leche”, aconsejó otra. “Dejalo en tu casa, es un ángel”, le sugirió otro usuario de Facebook.
La conmovedora historia del gorrión no termina ahí. Días después de realizada la publicación, la mamá de Pío Pío llegó volando a buscar a su cría. “Viene y va desesperada”, contó la madre adoptiva del pajarito. “Le trae comida”.
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