El sábado se celebró el Día Internacional de la Mujer en la Ciencia, que busca promover el acceso y la participación de las mujeres y niñas en los campos de la ciencia, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas. Entre las representantes de Santa Cruz que marcan rumbo en esta disciplina está Fiamma Barbieri, una joven de Puerto San Julián que integra un equipo del Conicet que desarrolló una medicación para tuberculosis en niños.

Fiamma nació en Ramallo, provincia de Buenos Aires, pero cuando tenía sólo 4 años su familia se mudó a la pequeña ciudad portuaria ubicada sobre la bahía de San Julián. Allí cursó sus estudios primarios y se egresó del CPES Nº2 en 2016. Poco después se mudó a Córdoba para continuar sus estudios en la Facultad de Ciencias Químicas de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC). En 2021, se recibió de farmacéutica y recibió una mención especial en los Premios Universidad, un reconocimiento al desempeño académico que se entrega a los alumnos que tengan el promedio de calificaciones más alto de su promoción y que hayan cursado una carrera en el plazo dispuesto por el plan de estudios.

Actualmente, forma parte de la Unidad de Investigación y Desarrollo en Tecnología Farmacéutica (Unitefa) del Conicet, que junto con la UNC están desarrollando una fórmula pediátrica para la tuberculosis, una medicación que casi no se consigue en el país o la región.

“Desde 2021 formó parte de un grupo de investigación integrado por Eugenia Olivera –directora del proyecto-, Karem Arrigoni, Laura Guzmán y Carolina Luciani. Ellas hace varios años vienen trabajando con formulaciones antituberculosas, intentando mejorar ciertos aspectos de los fármacos indicados para la enfermedad -la rifampicina, isoniazida y pirazinamida- y dar con una formulación apta para niños”, explicó Fiamma a La Opinión Austral.

“El tratamiento consiste en un comprimido que contiene estos fármacos y que se disgrega en agua dando una solución oral (jarabe) que puede ser fácilmente ingerida por niños y está pensada para menores de menos de 25 kilos”, detalló.

En la actualidad, existe un solo laboratorio en todo el mundo que desarrolla comprimidos aptos para pacientes pediátricos y, es muy difícil acceder a ellos. La solución provisoria, es adaptar el tratamiento de adultos para los más pequeños. Ello implica, partir las pastillas y mezclarlas con comida, lo que atenta contra la aceptabilidad del medicamento.

En Argentina hay más de 10 mil casos de tuberculosis y el 17% son niños

 

La tuberculosis es una enfermedad provocada por la bacteria Mycobacterium tuberculosis y que se contagia a través del aire, cuando una persona infectada estornuda, tose o escupe. Generalmente ataca los pulmones, pero también puede afectar otras partes del cuerpo, incluyendo riñones, la columna vertebral y el cerebro.

Aunque existe la creencia popular de que la tuberculosis es una enfermedad erradicada, esto está muy alejado de la realidad. “Luego del descenso de los casos de COVID-19, la tuberculosis es una de las principales enfermedades infecciosas a nivel mundial”, señala la investigadora.

En octubre de 2020, la Organización Mundial de la Salud advirtió que las muertes por tuberculosis aumentaron por primera vez en una década, debido a que pandemia provocó una caída consulta por síntomas y diagnósticos tempranos en un 18%.

En Argentina se reportaron más de 10 mil nuevos enfermos y 656 muertes sólo en 2020. El 17 % de los casos  corresponde a niños, niñas y adolescentes, según datos del Ministerio de Salud de la Nación. En esta franja etaria, la tasa más alta se da en Ciudad Autónoma de Buenos Aires, siendo de 36,5 cada 100.000 habitantes con un total de 107 casos.

Cómo avanza el proyecto y cuál es su alcance

Por el momento, la fórmula en el que están trabajando “se encuentra en fase de desarrollo temprana, es decir que se están haciendo estudios pre clínicos. Luego de eso debería atravesar los estudios clínicos en voluntarios sanos”, explicó Barbieri.

“Normalmente un medicamento producido por la industria suele demorarse unos 10 años en concluir todos los estudios para poder aprobarse y comercializarse. En el caso del desarrollo a nivel público nacional, como es nuestro caso, con pocos recursos económicos, el apoyo de empresas es crucial para afrontar los estudios”, destacó.

El proyecto ya fue elegido para el Programa Élitros del Ministerio de Ciencia de la Nación. Además, el grupo de investigadoras trabaja con el laboratorio público Profarse (Productora Farmacéutica Rionegrina Sociedad del Estado) que produce medicamentos antituberculosos para adultos y que podría producir esta nueva fórmula.

Aunque queda camino por delante, el proyecto es prometedor para la industria farmacéutica argentina. La producción de este medicamento además de brindar una solución efectiva para los más pequeños también permitiría abaratar los costos, según la escala de producción que se logre y facilitaría el acceso. También podría posicionar al país como referente en este ámbito, ya que no existe algo similar en la región.

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