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Este lunes 21 de abril, a pocas horas de conocerse la noticia del fallecimiento del Papa Francisco, el número 88 —asociado al Papa en la simbología popular de la quiniela— salió a la cabeza en el sorteo “La Primera” de la Lotería Santacruceña.

El resultado sorprendió a muchos y no tardó en generar comentarios tanto en redes sociales como en espacios religiosos y de juego. La coincidencia se produjo exactamente a las 12:01 del mediodía, bajo el sorteo número 4229 de la tradicional lotería de la provincia de Santa Cruz.

El número ganador fue el 0588, ocupando el primer lugar del extracto oficial, en un hecho que algunos consideran una simple casualidad, pero que para otros encierra una carga simbólica que estremece.

El 88, símbolo del Papa en la quiniela

En la interpretación tradicional de los números en la quiniela argentina, el 88 representa al Papa. Si bien estas asociaciones nacen del folklore popular y no tienen un fundamento religioso, es una relación ampliamente conocida entre jugadores y supersticiosos.

Por eso, el resultado tomó otro significado en el contexto actual. La coincidencia se dio justo en el día posterior a la muerte del Papa Francisco, quien falleció este lunes en Roma a los 88 años, sumando aún más fuerza al número en cuestión.

Un gesto del azar que conmueve

El dato no pasó desapercibido en Santa Cruz ni en otras provincias. En redes sociales, varios usuarios compartieron capturas del extracto oficial y comentaron con asombro la sincronía entre el número y el acontecimiento mundial.

“Es como si el Papa se despidiera también desde lo popular”, escribió una mujer en un grupo local. Otros aseguraron haber jugado el número “por intuición” o como homenaje al pontífice argentino, considerado por muchos un líder espiritual histórico y cercano al pueblo.

Un día de duelo y señales

Mientras las iglesias de todo el país celebran misas en su memoria y la diócesis de Santa Cruz reza especialmente por su alma, este resultado se suma a la serie de hechos que marcan este momento como profundamente simbólico.

El Papa Francisco, que supo ganarse el corazón de millones con su sencillez, cercanía y visión reformadora de la Iglesia, deja también esta curiosa coincidencia que no pocos interpretan como una última bendición del azar.

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