Uno de los mayores cruceros turísticos de la temporada estival y uno de los más imponentes en su tipo en el mundo llegó este miércoles a la ciudad de Ushuaia, en Tierra del Fuego.
Se trata de la embarcación Princesa Zafiro (Sapphire Princess), de la línea Princess Cruises, que arribó a la terminal fueguina en medio de su paso por Chile, Islas Malvinas, Puerto Madryn, Buenos Aires y Montevideo (Uruguay).
Botado en 2004, el barco “gemelo” del Diamond Princess, construido por la empresa japonesa MHI –Mitsubishi Heavy Industries– transporta a casi 4.000 personas, entre pasajeros (2.670) y tripulación (1.100) en sus 290 metros de eslora, 63 metros de manga y 115.875 toneladas.

El crucero además cuenta con 1.339 camarotes, 18 cubiertas, 700 balcones y varias opciones de entretenimiento que fueron renovadas en 2018.
El Sapphire Princess llegará a Ushuaia en una temporada marítima en la que la terminal de Tierra del Fuego ya recibió 92.700 cruceristas y espera otros 157.900 hasta abril.
Según voceros de la Dirección Provincial de Puertos (DPP) de Tierra del Fuego, entre los buques bioceánicos, antárticos y turísticos en general se batirá un “récord” de arribos respecto a años anteriores, con más de 530 escalas.
En declaraciones, indicó que “la cifra es muy significativa por el movimiento económico que genera en la provincia. En estos momentos ya se están realizando reservas para la temporada 2023/2024, unas 540, y para la temporada 2024/2025, unas 250 confirmadas. Esto denota que el crecimiento de la actividad portuaria es muy positivo y va en aumento”.

Además, el muelle del puerto de Ushuaia se amplía en 104 metros de longitud para atender la nueva demanda, aunque la obra recién estará operativa el próximo año, mientras que también se trabaja en la construcción de una terminal de catamaranes y una nueva terminal de pasajeros.
Muchos de los cruceros que llegan cada año a Ushuaia lo hacen como escala para viajes al continente antártico. Por ello, la capital de Tierra del Fuego es considerada la “gran puerta de entrada” a la Antártida, concentrando más del 90% del tráfico marítimo con ese destino. Si bien los cruceristas no pasan muchas horas en la ciudad y pernoctan en los barcos, también generan un gran movimiento extra en los sectores comercial, gastronómico y de excursiones.
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