El sector industrial pidió al gobierno nacional un servicio educativo que capacite en los oficios que demandan y demandarán las industrias. Víctor Becker, investigador de la Universidad de Belgrano, postuló que en Argentina hay “generaciones sin experiencia laboral, mientras la producción implementó tecnología y esta mano de obra carece de las habilidades que se requieren”. En paralelo, se indicó que en Santa Cruz la educación pública aún no amoldó sus contenidos a las demandas del sector productivo.

*Por Gustavo Argañaraz

Víctor Becker, director del Centro de Estudio de la Nueva Economía de la Universidad de Belgrano (UB precisó a La Opinión Austral que el promedio histórico de desocupación en la República Argentina fluctúa en el 8% promedio respecto a la Población Económicamente Activa (PEA).
Los estudios realizados determinaron que el fenómeno de la desocupación se ve agravado por la falta de capacitación de ese segmento de la población argentina.
Sin embargo, la ausencia de conocimientos técnicos específicos y habilidades para responder fehacientemente a las exigencias del mercado laboral actual no es patrimonio de los desocupados, sino que también alcanza a quienes se encuentran próximos a concluir el Nivel Medio de nuestro sistema educativo y se lanzarán en este océano de desafío de insertarse en el mercado laboral.
Con estos antecedentes ahora nos situaremos en Santa Cruz. Tiempo atrás Pedro Muñoz, ex secretario general y paritario de ADOSAC, postuló que el Estado Provincial no imparte educación entre sus alumnos para sembrar el desarrollo productivo.
Nuestra provincia actualmente cuenta con grandes industrias como la minería, petróleo, gas y en menor medida la pesca y la actividad agraria. Asimismo estamos ante la cierta posibilidad de diversificar la matriz productiva con el desarrollo del turismo, las energías renovables como las represas hidroeléctricas sobre el río Santa Cruz, entre otras.
Pero para sacarle provecho a este potencial es necesario generar las condiciones, y la educación surge como un factor determinante para cumplir con este futuro que una vez más se presenta como el objetivo a cumplir para convertirnos en una provincia que inicie verdaderamente su etapa de desarrollo industrial y social.
En esta sintonía se recuerda que este año el Estado avanza con una intensa agenda en capacitación de mano de obra para mejorar la empleabilidad de los santacruceños en la minería. Allí, provincia, empresas y gremio se pusieron la problemática al hombro y desarrollan una serie de cursos para instruir a los aspirantes a incorporarse en la actividad.
No en vano el empresariado asentado en el país demandó el año pasado al gobierno de Mauricio Macri la generación de un servicio educativo que capacite a los habitantes en los oficios que hoy demandan y demandarán a futuro las industrias.
“Las sociedades industriales conforman un sistema social y económico el cual necesita instituciones, empresas, tecnologías y políticas específicas que aseguren su desarrollo y provoquen un resultado positivo en el conjunto de la sociedad. En la medida que estos principios no sean tenidos en cuenta, no podremos lograr un país en el que todos podamos desarrollarnos”, advirtieron los industriales.

País
“Argentina tiene un problema de desempleo que sigue siendo relativamente significativo con una tasa que fluctúa alrededor del 8%, pero la problemática mayor es que parte de esa población ha permanecido históricamente desocupada y no cambió su situación”, señaló el Prof. Becker a este medio.
El catedrático explicó que se trata de gente que perduró “alejada de la actividad laboral” a la que cada vez le resulta más difícil insertarse nuevamente, ya que las modalidades del trabajo van cambiando. “Las especialidades se modificaron con la implementación de nuevos procesos tecnológicos y esta mano de obra carece de las habilidades que requieren actualmente los empleadores” agravando así las condiciones de esa población.
“Hay un desequilibrio cualitativo entre oferta y demanda, por lo que se requiere una intervención fuerte del Estado para reconvertir esa mano de obra y ponerla en condiciones de ser competitiva en el mercado laboral” dijo, y remarcó que se detectaron “generaciones que nunca tuvieron una experiencia laboral y requieren de un entrenamiento especial para ser contratados”, responsabilidad que recae con mayor peso en el Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social.
Para Becker la crisis política y social que tuvo Argentina en el 2001 es el antecedente remoto que muestra cómo un conflicto institucional de ese calibre es susceptible de provocar una pronunciada caída del empleo, generando “desocupados a largo plazo”.
En otro orden, el entrevistado indicó que “el capital extranjero viene con tecnología que implica un uso alto de capital y baja utilización de mano de obra, pero esa mano de obra requiere una calificación para ser contratada”, y añadió que “hay gente de situación laboral precaria en Argentina, el empleo no registrado con actividades de baja productividad tiene bajo requerimiento de nuevas habilidades que, si hubiera mayor capacitación, podrían saltar al empleo registrado”.

Santa Cruz
Dejando atrás la mirada de lo que sucede a nivel país, brindamos un enfoque de lo que sucede con la capacitación entre quienes dejan atrás las aulas y buscan ser empleados.
“Santa Cruz no imparte educación entre sus alumnos para sembrar el desarrollo productivo”, fue lo expresado tiempo atrás por Pedro Muñoz, docente jubilado, ex vocal en el Consejo Provincial de Educación (CPE) y con una larga trayectoria sindical.
Postuló que los contenidos definidos en la currícula escolar de la Educación Técnica “no constituyen la formación de herramientas suficientes para el futuro de los jóvenes, independientemente si eligen seguir estudiando una carrera de grado o insertarse en el mercado laboral”.
“Ante estos principios, concluimos que la educación juega un rol fundamental en nuestras aspiraciones desarrollistas, pero Santa Cruz no avanzó hacia esa dirección al menos en las dos últimas décadas y quedan desafíos urgentes a resolver”, manifestó Muñoz en sus dichos para marcar una de las deficiencias del sistema educativo público provincial.
Asimismo, añadió que sin una política educativa claramente definida, la República Argentina avanzó en 1993 en la implementación de la Ley Federal de Educación N° 24.193 y Santa Cruz no fue la excepción. “Para justificar la vigencia de esa ley, se esgrimió que a los alumnos se los preparaba para el campo laboral. Pasados los años nos encontramos que los resultados no fueron como se pensó en su momento”, señaló el docente.
Al advertirse las serias dificultades que trajo este cambio, el país optó por otra modificación integral en la educación pública y puso en vigencia la Ley Nacional de Educación N° 26.206.
“Una reforma educativa no se hace de un año a otro, no hay país que haya ejecutado los cambios en su educación de esta manera. Frente a este destino incierto, los conocimientos impartidos en nuestras escuelas no respondieron a una política integral, sino que se trató de parches que sólo sirvieron para remendar la educación” graficó Muñoz.
Se dijo líneas arriba que la provincia de Santa Cruz cuenta con grandes industrias como la minería, petróleo, gas y en menor medida la pesca y la actividad agraria. Asimismo estamos ante la posibilidad cierta de diversificar la matriz productiva con el desarrollo del turismo, energía renovable como las represas hidroeléctricas, eólicas, entre otras, el desafío es la generación de recursos humanos que posean el perfil necesario para desenvolverse en dichas actividades.

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