El eje del debate actual que llegó al Congreso buscando legalizar la interrupción voluntaria del embarazo ha omitido el primer paso: La Educación Sexual Integra, señaló el Dr. Julio Visconti, de larga trayectoria en Santa Cruz. Sin embargo, a pesar de que la educación sexual es ley, hay docentes que no cuentan con las herramientas suficientes para cumplirla.

* Por Gustavo Argañaraz

En la última semana, la Cámara de Diputados de la Nación dio media sanción al proyecto de legalización y despenalización del aborto y ahora la iniciativa llegará al Senado para convertirse en ley, modificar el texto o vetar la iniciativa. Pero en el país se respira un clima que será ley.
Ante el voto positivo en Diputados, quienes apoyan la legalización y despenalización del aborto indicaron que el objetivo es garantizar el acceso a servicios de salud en condiciones de igualdad, dignidad y seguridad a las mujeres embarazadas. Advirtieron que las leyes actuales provocan prácticas clandestinas, inseguras e incremento de los índices de mortalidad de mujeres que en su mayoría son de baja clase social.
Tampoco se dejó de lado que en la Argentina el aborto inseguro es un grave problema de salud pública, implica serios riesgos para la salud y la vida de miles de mujeres.
Pero en medio de este debate, que legítimamente busca evitar la muerte de mujeres, se advierte que el primer paso que se debería dar es el efectivo cumplimiento de la Educación Sexual Integral (ESI). Nos permitirá cuidar la vida propia y la de los demás.
Es decir, si los argentinos fuéramos educados adecuadamente en nuestra sexualidad (como ocurre en los estados que intervienen en el control de la natalidad) la población que se dirigiría a los hospitales a solicitar la interrupción voluntaria del embarazo se reduciría drásticamente debido a que la educación sexual otorga las herramientas suficientes para que el embarazo se concrete cuando una pareja lo desee y se dejará de demandar mayoritariamente la interrupción.

Dar el primer paso
Julio Visconti, médico urólogo de larga trayectoria en el sistema de salud de Santa Cruz, recordó a La Opinión Austral que los hospitales públicos actualmente avanzan en la interrupción de las gestaciones cuando hay necesidad médica de realizarlo, tal como lo establecen las leyes actuales.
Según su criterio, el eje del debate actual que llegó al Congreso ha omitido el primer paso: La Educación Sexual Integral.
A líneas generales precisó que los “adolescentes no saben cómo cuidarse”, advirtiendo que la falta de educación genera conductas autodestructivas, ya que la tendencia actual es la ingesta desmedida de drogas, alcohol y sexo ocasional, al tiempo que precisó que “muchos chicos ni siquiera saben cómo usar un preservativo”.
En este punto, postuló que entre otras realidades “la educación sexual te conduce al embarazo deseado”, por lo que el debate actual de la “interrupción voluntaria del embarazo tendría otro matiz”.
“Distinto sería debatir la legalización del aborto cuando la gente sabe sobre los métodos anticonceptivos, tiene conocimiento de educación sexual”, “si esto se cumpliera en nuestro país quedaría un margen pequeño de población a la que se le puede garantizar la interrupción del embarazo”.

Educación
En otro orden, La Opinión Austral dialogó con el vocal por las Escuelas Privadas, Prof. Nicolás Pereyra, y explicó que la Educación Sexual Integral (establecida en la Ley 26.150) es transversal a todo el sistema educativo, advirtiendo que “es obligatorio que el docente (independientemente de su espacio curricular) dicte estos contenidos ante sus alumnos”.
Pero a pesar de esa ley, hay docentes en nuestro país que no cuentan con las herramientas suficientes para cumplirla. “El Estado no ha formado y capacitado de manera responsable y seria a los maestros para volcar en el aula esos contenidos y que se conviertan en una herramienta eficaz para los chicos”.
Recordó que en el 2015 en Santa Cruz hubo una capacitación en Educación Sexual Integral, pero ante los problemas permanentes que enfrenta nuestro sistema educativo no fue completada, además de observar que no se trató de un espacio de participación abierta a todos los maestros.
A pesar de ello, marcó como positivo que actualmente hay apertura a tratar estos temas en la sociedad, “pero desde el Estado se debe trabajar fuertemente para que los docentes poseamos el conocimiento necesario y la educación que transmitamos sea útil”.
Pero alertó que la educación a líneas generales no funciona ya que, al menos en Santa Cruz, no están dadas las condiciones para el dictado de un ciclo lectivo normal.
A modo de ejemplo recordó que los adolescentes de 16 a 18 años pueden optar por sufragar y “a pesar que se le puede explicar qué es la democracia, cómo funcionan los partidos políticos y el sistema electoral, fallamos, ya que muchos de ellos emiten su voto sin conocimiento de la realidad política que se dirime”.
Por último, Pereyra se mostró de acuerdo con que la educación sexual es importante y necesaria para mejorar la calidad de vida, indicando que en muchos países ha dado su fruto, pero recordó que el cambio cultural impacta luego de décadas de impartir las enseñanzas.

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