Durante las primeras horas de la mañana, y a lo largo de la tarde, aparecieron los primeras relatos de los afectados por las inundaciones. Al tiempo que la municipalidad trabaja para desagotar las zonas anegadas, diferentes organizaciones barriales se unen para palear la situación convocando a ollas populares y  meriendas.

En 2016, los vecinos de los barrios cercanos al vaciadero municipal fueron los más perjudicados por las torrenciales lluvias que se desataron el último día del año. Ayer, la historia se repitió con la diferencia de que las familias no querían abandonar sus casas por temor a que les robaran.

Algunos vecinos sufrieron daños parciales y otros, directamente perdieron todo. “Esto es algo que no pasa solamente en nuestro sector: se han colapsado los pozos, hemos tenido pérdidas totales. Se nos pierde todo lo que hemos conseguido: placards, camas, heladeras, cocinas”, explica Julia Ríos del barrio Madres a la Lucha.

“Es muy triste que no se haya previsto. No es la primera vez que pasa en la ciudad ni en nuestro barrio”, reflexiona. “Quiero destacar la solidaridad de los vecinos que colaboraron con la situación. Anoche, cerca de las 11, hicimos una olla popular. Hay gente que no ha podido ni cocinar porque tiene sus cosas bajo el agua.

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