Un pequeño, pero emotivo acto, fue lo que dio el puntapié inicial para un nuevo capítulo de la lucha del colectivo trans. Sucede que Samantha se convirtió en la primera mujer trans de Pico Truncado en recibir su jubilación.

No sólo es un derecho adquirido, sino que significa también una reparación histórica para quienes, aún hoy, tienen una expectativa de vida de 35 años.

Samantha Cristal supera los 50, es peluquera en Pico Truncado y habló con La Opinión Austral sobre esta histórica instancia que marca un precedente de lucha.

“Fue una sorpresa muy grande, muy interesante, muy enriquecedora para mí y lo que más me sorprendió por la parte del Ministerio, es la atención que tuve con la ministra, con toda la gente que está en el área de la Mujer, la preocupación que tienen por las personas ya de los 40 años en adelante, fue una sorpresa muy linda y muy agradable”, señaló en primer lugar.

Relató que los papeles se hicieron rápido, en menos de un mes, y que es parte de su propia historia de lucha. “Esto demuestra que se trabaja mucho por las personas trans en Santa Cruz. Yo tuve la experiencia de estar trabajando de noche y no lo seguí haciendo porque no me gustó. Esto fue darme cuenta que no estás sola“, describió.

Para Samantha, “esto es un paso muy grande y muy importante para todas las chicas que tenemos arriba de 50, que por ahí tocas una puerta y no te dan trabajo porque sos una chica trans, entonces creo que la incorporación de leyes es un fruto que hoy se está notando”.

En primera persona, contó: “Hoy por hoy, lo puedo hablar yo como Samantha Cristal, es que yo enfrenté esta realidad y gracias a por hoy puedo decirte que estoy jubilada”.

Samantha es la primera jubilada en Pico Truncado y la tercera en la provincia de Santa Cruz. “Hace 11 años que andaba peleando por esto, lo logré con los derechos que tengo. Entonces yo creo que la satisfacción más grande mía es que la sociedad, porque yo soy peluquera, se dio cuenta quién soy yo y mucha gente de acá me apoyó”.

Su lucha

Samantha inició todo el trabajo con el área de la Mujer del municipio y contó con el acompañamiento del Ministerio de la Igualdad.

“A mí me han dejado con la boca abierta las chicas del área de la Mujer porque me han dicho cosas que ni yo misma sabía, por ejemplo, que ellas me conocen de toda una vida, que sabían mi historia, sabían todo lo que yo he luchado para tener una peluquería, porque yo alquilo, entonces yo creo que más palabras que esas no hay”, señaló con emoción.

Humildemente y con paso firme, Samantha fue haciéndose de su lugar: “Siempre dije que el que ora bien, tarde o temprano tiene su recompensa. Entonces es algo que yo siempre pedí. Yo hace 15 años que me cambié el nombre, de género y logré lo que quería lograr, tener una jubilación y estar tranquila”, mencionó.

Con su edad y años de trabajo en la espalda, reitera varios mensajes para las personas que siguen luchando porque sus derechos sean garantizados. “Que las chicas trans se acerquen a las áreas de gobierno, para cambiar su vida todo es posible, que no se sientan solas y siempre hay una persona, una mano que les van a poder dar”.

Por su vida pasaron muchas cosas, agregó Samantha: “Se lo que es, eso yo lo pasé, entonces cuando no tenés apoyo de alguien, buscas en otras personas, yo tuve mucho apoyo de la gente de mi localidad, la vida es muy corta y hay que salir a vivirla, pero sanamente, buscando amistades y ayuda de psicólogos para quienes necesiten”.

Para Samantha, “es un orgullo muy grande que tengo y me siento muy consciente orgullosa de la persona que soy, nunca lo dudé y el único que me tiene que juzgar siempre dije es Dios, lo demás no existe”.

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