Desde hace más de un siglo, las máquinas tragamonedas han atraído la atención de jugadores de todas las edades, géneros y estratos sociales. Se trata de dinámicas de azar que están al alcance de todos en casinos presenciales o en línea. Sus temáticas son muy variadas y entretenidas, son de desarrollo simple y requieren una mínima intervención del usuario, pues ganar o perder queda en manos de la fortuna.

Hoy en día son el tipo de juego más solicitado y abundante en los salones y plataformas web. A través de los años han evolucionado y se han diversificado para seguir ocupando este sitio de honor. ¿Quieres saber más acerca de la historia y los cambios producidos en las tragaperras desde su creación hasta nuestros días? A continuación, despejamos tus dudas y te traemos toda la información.

Las primeras máquinas tragaperras del mundo

Mucho antes de que existieran juegos como Garage Tragamonedas, aparecieron los primeros prototipos en físico. Según algunas versiones, en el año 1891 dos empresarios de Nueva York, Pitt y Sittman, crearon el primer precedente de lo que hoy encontramos en nuestros sitios web favoritos. Se trataba de una máquina de apuestas inspirada en la baraja inglesa —la misma del póker—, con cinco tambores y 50 cartas (Wikipedia, 2023). Se accionaba ingresando una moneda de cinco centavos de dólar y tirando de una palanca, esperando obtener buenas manos para ganar tragos en tabernas.

Otras fuentes indican que, en el mismo año, existió en la ciudad de Chicago una serie de máquinas con tres tubos en las que se introducían monedas para ganar recompensas. Estas fueron inventadas por H.S. Mills, un comerciante de periódicos que quiso expandir su negocio vendiendo bebidas carbonatadas. En cada puesto había una de estas máquinas, llamadas Kalamazoo, que pronto fueron apodadas las “bandidas de un solo brazo”, dada la poca frecuencia con que repartían premios (Soynuevaprensadigital.com, 2022).

No obstante, la mayoría de los historiadores concuerdan en que la primera tragaperras patentada fue la Liberty Bell o “campana de la libertad”, ideada por el mecánico automotriz Charles Fey. Esto ocurrió en San Francisco, en el año 1895. La máquina contaba con tres carriles o tambores giratorios y cinco figuras posibles: herraduras de caballo, diamantes, picas, corazones y campanas. Si al tirar de la palanca se obtenían tres figuras similares, el jugador ganaba dinero en efectivo, comidas o tragos.

Popularización dentro y fuera de los Estados Unidos

Pronto la Liberty Bell se volvió popular en los bares, burdeles y restaurantes del territorio norteamericano. En la década siguiente el mecanismo fue replicado por diversos fabricantes y su fama se extendió incluso fuera de las fronteras estadounidenses. Se estima que para el año 1907 existían alrededor de 3000 máquinas tragamonedas tan solo en Estados Unidos.

Estos primeros modelos, con una palanca y tres tambores, podían fácilmente ser engañados depositando un trozo de metal en lugar de una moneda. También era sencillo ganar, dadas las pocas figuras y los trucos que tenían, descifrables para un buen observador (Curiosfera-historia.com).

En los años 20’s, con la prohibición del alcohol en Estados Unidos, se sustituyeron las tradicionales figuras de los slots con frutas. En estos casos, en lugar de recompensar las líneas ganadoras con tragos y dinero, se premiaban con golosinas del sabor indicado por la máquina. Así se instauró uno de los temas más recreados en la historia de los juegos de casino: las tragamonedas de frutas.

Con la democratización de la energía eléctrica aparecieron también los primeros juegos de esta categoría que operaban con electricidad. En años posteriores salió a la luz un mecanismo denominado “electrojector”, que detectaba los engaños cuando se depositaban cosas diferentes a monedas de curso legal, por lo que se acabaron las trampas.

Las tragaperras de vídeo y en línea

El siguiente gran avance en la historia de las máquinas tragamonedas fue la llegada de los juegos en formato digital, en 1976 (Casinoonlineespaña.es, 2022). Los video slots reemplazaron los tambores tradicionales y la palanca con una pantalla y botones. Esta tecnología permitió diversificar las temáticas de los juegos casi hasta el infinito.

En los casinos y salones de juego proliferaron grandes cantidades de tragamonedas distintas, inspiradas en los éxitos taquilleros del momento, en series de televisión, en superhéroes, en las exploraciones del Antiguo Egipto y en personajes de la cultura popular, además de las ya conocidas de figuras y frutas.

Para la década de 1990 llegó el internet a los hogares y oficinas en muchas partes del mundo. Fueron lanzados entonces los primeros casinos en línea, en los que se pagaban las apuestas con tarjetas de crédito. Las máquinas tragaperras y otros juegos de azar online funcionan con algoritmos generadores de números. Estos son totalmente imparciales y dan cabida a que en cualquier momento se pueda ganar un premio, siempre preservando un margen de ventaja para la casa.

Las posibilidades del internet han permitido expandir mucho más los tipos de tragamonedas y sus funciones. No solo existen máquinas con jackpot progresivos, sino, desde hace algunos años, las hay también megaways, con función de avalancha, con clusters, buy feature, entre otras. También las formas de pago se han transformado, haciendo posible jugar con monederos electrónicos, pasarelas de pago, transferencias bancarias e incluso criptomonedas.

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