Mientras el INDEC informó el índice inflacionario, con un incremento del 6,3 % en julio, y el dólar cerró en 730 pesos marca récord, el sector productivo y comercial analiza sus movimientos y hace números para poder salir airoso de la inestabilidad económica.

En términos generales, la sensación es de incertidumbre para cualquiera de los rubros, pero hay algunos punteos a tener en cuenta si se “desmenuzan” por áreas. Algunos proveedores decidieron cortar las ventas hasta clarificar sus precios y otros aumentaron entre un 20 y 30 %, mientras, los comercios oscilan entre congelar precios remarcarlos.

La Opinión Austral dialogó con referentes del sector, pequeños y grandes comercios para conocer el panorama. En primera instancia, el titular de la Cámara de Comercio local, Jonathan Van Thienen, señaló que este lunes, tras la devaluación y suba del dólar, “automáticamente se cortó la cadena de comercialización”.

Es decir, los proveedores de Buenos Aires congelaron las ventas hasta nuevo aviso y hasta que no haya un reordenamiento macroeconómico y una certidumbre sobre lo que pueda suceder. En términos simples, una especulación que es propia de un clima electoral aún sin definir.

“En otros casos, los que están vendiendo, aumentaron, dependiendo el rubro, entre un 10 y un 15% la venta de productos. Así que estamos obviamente en un momento de mucha incertidumbre en el plano económico”, señaló Van Thienen.

Para el titular de Comercio, esto es algo que no solo afecta al asalariado, sino que al sector le cuesta reponer la mercadería y que, aquel que tenía pensado invertir en algún consumo o bien de capital, opte por no hacerlo por miedo a gastarse sus ahorros y por la potencial pérdida de trabajo.

“Estamos en un momento complejo porque estas cosas, hasta que no haya un poco de estabilidad, un panorama más claro, la gente prioriza guardar sus ahorros o refugiarse en el dólar, entonces en vez de ir a comprar una heladera, ir a comprar ropa o algún tipo de bien, prefieren comprar dólares y resguardarse sus pocos ahorros en dólares y después a nosotros el sector comercial nos cuesta reponer mercadería y nosotros tenemos que vender porque tenemos gastos fijos que tenemos que afrontar”, profundizó Van Thienen.

En 15 días más, el comercio deberá preparar sueldos, alquileres, impuestos y vencimientos que se afrontan usualmente. “No nos podemos dar el lujo de no vender, pero corremos el riesgo de vender en 10 mil pesos y que al momento de reponer cueste 12 mil“, ejemplificó.

En consecuencia, agregó, “estamos en una disyuntiva, tampoco nosotros podemos trasladar todo a precio porque obviamente la pérdida de poder adquisitivo hace que la gente consuma menos y si a eso le sumamos que le subimos mucho el precio a nosotros nuestro producto, la gente directamente no consume no podemos vender“.

Martín es dueño de una tienda de indumentaria deportiva y, por ejemplo, en su caso tiene todas las ventas de proveedores suspendidas porque el aumento es mayor al 30 %.

“Esta semana estoy laburando poco. No sé realmente el valor de las cosas que tengo, porque no tengo lista, no tengo precios. Estamos marcando más o menos de acuerdo a la evaluación diaria. Pero esto es día a día, no podemos analizar un panorama mucho más allá de esta semana y ver cómo viene la próxima”, aseguró.

Por un lado, indicó, “no puedo comprar y por otro lado lo que compré con pagos a plazo futuros me los están cobrando ahora, o sea que ya no existe el pago con cheques o por transferencias, en mi caso soy una pyme, no me puedo dar el lujo de cerrar“.

El análisis, sin embargo, tiende a cerrarse con un “hay que estar tranquilos y esperar“. Una de las frases que también resonó: “Si pasamos una pandemia, creo que podemos con todo“.

Leé más notas de La Opinión Austral