Por Pablo Silva. Especial desde París.
La semifinal entre Jannik Sinner y Carlos Alcaraz era para muchos una final anticipada. En un partido atrapante y ante un estadio Philippe-Chatrier desbordado, el español superó al italiano por 2/6, 6/3, 3/6, 6/4 y 6/3 en 4 horas y 9 minutos de juego y se instaló de esa forma como el primer finalista de esta edición 2024 de Roland Garros.
El primer set tuvo al flamante numero 1 del mundo muy enfocado y jugando un tenis brillante con tiros profundos y saques que orillaron los 200 kilómetros por hora.
Así las cosas, al inicio ya el italiano había sacado clara ventaja y se puso 4 a 0.
Alcaraz, por su parte, pese a acomodar un poco su estrategia nada pudo hacer ante un oponente que no bajo su ritmo y que cerró el primer parcial por 6/2 en tan solo 40 minutos de desarrollo.
Ya en la segunda manga, Alcaraz recogió el guante y salió mucho mas decidido y agresivo que en el juego anterior. Y así lo reflejó con la táctica utilizada que le dio sus frutos y le permitió quebrar en el sexto game para ponerse 4 a 2 arriba parcialmente. De allí en más, Carlitos, supo cuidar esa diferencia para así cerrar el set por 6/3 en 49 minutos para así empardar la serie.
El tercer juego fue mucho mas parejo. Ambos jugadores se cuidaron al extremo para no cometer errores forzados por demás. Y ese respeto se vio reflejado de la estadística.
Pero, no obstante, Sinner supo quebrar en el momento justo y así paso a quedar arriba en el encuentro e imponerse por 6/3.
Pero como en todas las buenas películas el suspenso en esta semifinal no podía faltar: y para ello Carlos Alcaraz aportó lo suyo haciendo prevalecer su saque y una derecha implacable que a la postre le dio sus frutos tras quebrarle en el décimo game y ganar el cuarto set por 6/4 y así dejar empatada la serie, enviando el partido a un quinto y decisivo.
Con final abierto, el murciano marcó diferencia de movida quebrando el saque del italiano, quien ya en ese pasaje del partido daba algunas muestras de cansancio, y colocarse con ventaja de 3 a 0.
Y ese quiebre tempranero le resultó suficiente al compatriota de Rafael Nadal para sacar esa vital y decisiva diferencia con la cual pudo quedarse con el partido y con el pase a la ansiada primera final acá en Roland Garros.
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