Mientras pequeños paquetes de alimentos caen en paracaídas sobre Gaza, cientos corren y forcejean para conseguirlos, reflejando la desesperación y el riesgo que enfrenta la población en cada entrega.

Desde marzo, tras la suspensión de importaciones por Israel, la situación empeora: camiones interceptados, saqueos y tragedias como la ocurrida en Nuseirat, donde murieron al menos 20 personas en medio del caos.

La ONU alerta sobre una emergencia alimentaria sin precedentes en Gaza, con más de 190 muertes por desnutrición y el 90% de sus 2,1 millones de habitantes desplazados desde el inicio de la guerra.

Aunque se abren corredores humanitarios y se realizan lanzamientos aéreos, la distribución sigue envuelta en violencia y desorden, dejando la ayuda lejos de alcanzar a todos los necesitados.

Leé más notas de La Opinión Austral

Ver comentarios