“No tenemos ni una tumba para dejar una flor”, dice Luis Tagliapietra con la voz resquebrajada desde hace 6 años. Su hijo Alejandro había partido el 15 de noviembre de 2017, junto a otros 43 tripulantes, desde la base de Mar del Plata, a bordo del submarino ARA San Juan.
Por la noche del día 16, los medios de comunicación informaron que las autoridades habían perdido contacto con el submarino, cuando la nave se encontraba a 432 kilómetros de la costa patagónica, a la altura del Golfo San Jorge. La causa judicial por la desaparición del submarino quedó a cargo de la jueza Marta Yáñez, en Caleta Olivia, Santa Cruz.
Desde ese día, los familiares de las víctimas del submarino no han encontrado justicia y, mucho menos, paz. “Todo es muy duro”, relató Luis al dialogar con La Opinión Radio, por LU12 AM680, en dúplex con Canal 9 de la provincia.
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