Una banda que se dedicaba al contrabando de bienes en la zona austral de la Patagonia fue desbaratada y un gran número de personas quedaron tras las rejas, acusados de integran una asociación ilícita que traficaba, desde cubiertas, hasta -según las averiguaciones- a personas.
“Los cargamentos variaban de acuerdo a las necesidades. Un día podían ser cigarrillos, otro día cubiertas y así. Y no eran contrabandos chicos, no no. Sino que estamos hablando de containers que llevaban por caminos clandestinos”, indicó una fuente consultada por La Opinión Austral sobre como era la operatoria que se hacía entre la Cuenca Carbonífera y la zona magallánica del país vecino.
Durante más de un año, en un trabajo mancomunado de las autoridades de nuestro país y Chile, los investigadores estuvieron pisándole los talones a una banda que sorteaba controles a bordo de camiones y llevaban objetos de manera ilegal.
Tal como lo indicó el fiscal Julio Zárate en declaraciones al programa “Distancia de Rescate” que se emite por LU12 AM680, “se pudo comprobar que hubo una ingeniería contable” para que todo el dinero espurio fruto de esas acciones pudiera volver al curso legal.
Con el pasar de las horas se conocieron detalles sobre como los integrantes de la asociación ilícita “lavaba” el dinero para no levantar sospechas ante autoridades fiscales. Según pudo saber este diario, del lado de la Cuenca, distribuidoras y locales mayoristas recibían dinero chileno como si se tratara de pesos argentinos mientras que, del otro lado de la Cordillera, al menos dos casas de cambio de Puerto Natales operaban de manera similar con el trabajo de contadores.
Los argentinos detenidos por el caso son Marcelo Gasparini, Omar Schulmaeister, Pedro Toledo, Pablo Toledo y Maximiliano Toledo. En las últimas horas surgieron las identidades de algunos de los acusados chilenos. Este diario pudo saber que se llaman: Angélica Soto Vera, Emiliana Cárdenas Maldonado, Osvaldo Michagual Gonzales, Cesar Barría Alvarado, Ingrid Talmar Oyarzo, Maria Belén Gómez, Guillermo Segundo Pérez Caro, Agustín Cárdenas, Jorge Puratic, Diego Chacón, Enrique Oyarzún y un último de quien solo trascendió su apellido: Marín, además de Darwin López Mansilla, el contador que falleció apenas horas después de haber sido puesto a disposición de la Justicia.
Según pudo saber este diario, pese a que algunas distribuidoras y comercios mayoristas de la Cuenca fueron allanados, en las últimas horas reabrieron sus puertas. Diferente situación a la de, obviamente, a la casa de cambio que era propiedad de Mansilla se encuentra cerrada.
Del lado argentino se secuestró una muy importante cantidad de dinero en pesos y dólares, además de otra cantidad en monedas de países limítrofes. Según pudo saber La Opinión Austral, el dinero incautado durante la operación será depositado en una cuenta bancaria del Fondo Nacional de Justicia.
En los procedimientos que se hicieron en Argentina, los agentes de Gendarmería Nacional incautaron unas armas. En relación a eso, este diario pudo saber que las mismas serán enviadas a la Policía Federal Argentina una vez que se reciban los documentos judiciales correspondientes tras ser identificadas.
La muerte
El fallecimiento de uno de los acusados causó conmoción en Chile y, autoridades de Derechos Humanos de ese país no descartaron iniciar acciones legales.
Según consignaron medios de comunicación del lado trasandino, el director regional del Instituto de Derechos Humanos, Cristián Figueroa Fuentealba, lamentó lo que calificó como “triste suceso” por la muerte del contador Darwin López Mansilla, quien no recibió la atención médica que requería por un tratamiento que estaba realizándose.
En el plano institucional buscarán aclarar lo sucedido, partiendo por el peritaje del Protocolo de Minnesota, que corresponde en casos de muertes bajo custodia del Estado. “En función de esos antecedentes adoptaremos las medidas pertinentes de acuerdo a nuestro mandato legal“, indicó Fuentealba
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