Cada 11 de diciembre se celebra el Día del Tango en honor al nacimiento de Julio De Caro y Carlos Gardel y, como todos los años, los admiradores de “El Zorzal” se reúnen en el monumento ubicado en el Cementerio de la Chacharita para rendirle tributo a su ídolo eterno.

En el lugar descansan los restos del cantante que en la década del 20 puso a la música argentina en boca del mundo y que el 24 de junio de 1935 falleció en un trágico accidente, cuando el avión en el que viajaba junto a su letrista y amigo, Alfredo Le Pera,  fue impactado por otra aeronave en el aeropuerto de Medellín.

Los restos de Gardel comenzaron así un largo peregrinar desde Medellín, y fueron recorriendo diferentes ciudades del continente en los que recibió el adiós de sus fieles admiradores. La comitiva arribo a Colombia el 19 de diciembre de ese año, luego pasó por Nueva York, donde fue velado durante más de una semana,  siguió en Río de Janeiro y Montevideo, para arribar finalmente al puerto de Buenos Aires el 5 de febrero de 1936.­ Donde una multitud se acercó a despedirlo en la capilla ardiente armada en el Luna Park.

Tras su muerte, sus amigos conformaron una comisión para organizar las honras fúnebres y los homenajes, tramitar la adquisición de los terrenos de la Chacarita y recaudar los fondos para la construcción del mausoleo que sería su morada definitiva. La obra se comenzó a mediados de 1936 y concluyó en noviembre de 1937.­

Como una de las acciones que lleva adelante la Fundación Internacional Carlos Gardel para mantener viva su memoria, la entidad participó del proceso de restauración que comenzó en 2017 y que consta de tres etapas a en 2022

La restauración

La primera fue realizada por el arquitecto Claudio Echeverría, que realizó un estudio de los problemas edilicios que presentaba la estructura y los primeros trabajos generales de mantenimiento, para poder trabajar luego en un plan integral de restauración profundo. ­

Tras el informe elaborado en 2019, se elevó el proyecto a la comisión de monumentos y sitios históricos de la nación, y recién en septiembre de 2021 se logró la aprobación para esos trabajos que finalizarán en el año 2022.

Para la segunda etapa se convocó nuevamente al arquitecto Claudio Echeverría y al Arq. Patrimonialista Francisco Javier Urani (Integrante de la Secretaría General de la Presidencia de la Nación y a Cristian Dulom para el restauro de los bronces.­

Esta supuso la ampliación de las bocas de inyección de aire, mejora del sistema de extracción de aire, sellado de grietas y fisuras de los techos de las bóvedas linderas.

También se incorporó un código QR para que quienes visiten el mausoleo puedan ver y escuchar la historia, en inglés y castellano; y un video que muestra cómo fue la llegada de los restos de Gardel a su panteón.

El trabajo también incluye la totalidad de las piezas de bronce. Según afirma Walter Santoro, presidente de la Fundación Internacional Carlos Gardel, “se ha tomado la postura de intervenir lo menos posible en el color actual de las esculturas ya que forma parte de la historia que ha recorrido el mausoleo desde su inauguración y el público debe experimentar el desfase temporal”.

El proceso también comprende pintura interior y exterior, y la colocación de una placa de granito en el centro de cada vereda con la leyenda “monumento histórico, no lo dañe”.

Para el 2022, se espera llevará a cabo la tercera etapa de restauración que incorporará tecnología. Según adelantó Santoro, “se propone la realización de un muro virtual donde el visitante pueda sumar su placa, su comentario y deseo que quiera expresar para que, de esta manera, el muro se haga eterno y cualquier persona del mundo puede visitarlo”.

Además se agregará tecnología de realidad aumentada y se desarrollará una app, que permitirá acceder a un muro virtual para que gente de todo el mundo pueda agregar placas conmemorativas virtuales.

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