Un día como hoy, pero hace 32 años, la Academia obtuvo su último título internacional: la Supercopa Sudamericana de 1988. Walter Fernández, ex delantero y figura de ese certamen, le describió a La Opinión Austral momentos de ese plantel inolvidable dirigido por Alfio “Coco” Basile.

La FIFA, encabezada por el brasilero Joao Havelange en ese entonces, creó la Supercopa Sudamericana en 1988. Se inventó para complementar a la Copa Libertadores. Sólo la disputaban los equipos que habían sido campeones de América.

Participaron 13 clubes y comenzaba a partir de octavos de final con una particularidad: como tenía 3 equipos menos, se definió que por sorteo un equipo no tenga rival en octavos y otro equipo no tenga rival en cuartos de final.

Camino al título

Entre 1967 y 1988, la Academia atravesó momentos oscuros de su historia: descendió a la segunda categoría del fútbol argentino en 1983, tardó dos temporadas en regresar (ascendió en 1985 con Alfio Basile como entrenador), y arrastraba una sequía de 21 años sin títulos. Pero el 18 de junio de 1988 cambiaría todo.

 

Racing tenía un gran plantel: Ubaldo Fillol, Gustavo Costas, Néstor Fabbri, Jorge Acuña, Miguel Colombatti, Rubén Paz, Omar Catalán, Ramón Medina Bello, Walter Fernández, José Raúl Iglesias, Hugo Perico Pérez, entre otros.

“El equipo, en primera medida, tenía mucha personalidad. El Coco Basile nos dio esa personalidad, esa identidad. Había jugadores con mucho talento y un grupo humano maravilloso”, describió a La Opinión Austral Walter Fernández, delantero de ese equipo y goleador de Racing en ese certamen con 3 tantos importantes, sobre las características del conjunto dirigido por Basile.

Fernández dijo que Rubén Paz era un jugador muy especial. “Tenía una magia y un talento diferente. Tenías que estar muy atento para saber lo que iba a generar. Te daba la posibilidad de dejarte muchos espacios. Metía las pelotas justas. Un jugador con muchísima categoría”, expresó el ex delantero.

Racing, en octavos de final, se enfrentó ante el histórico Santos de Brasil. La Academia se impuso por 2 a 0 en el Cilindro de Avellaneda, empató 0 a 0 en Brasil y pasó a la siguiente instancia. Pero, por sorteo, quedó libre en cuartos de final y avanzó directamente. En semifinales se enfrentó ante River Plate, uno de los equipos que se perfilaba para campeón.

“En la cancha de River teníamos que empatar y Néstor Fabbri convirtió el gol para nosotros. Estábamos muy convencidos. River tenía a (Antonio) Alzamendi y a (Claudio) Caniggia como delanteros. Y nosotros estábamos jugados en ataque. Igualmente ese día tuvimos al Pato Fillol que estaba muy iluminado y se atajó todo”, contó Fernández.

 

En el encuentro de ida, Racing venció a River por 2 a 1, con dos tantos de Walter Fernández. Y en la vuelta, en el Estadio Monumental, empató 1 a 1 con un gol de Néstor Fabbri. “Gracias al temperamento y a la capacidad de algunos jugadores, pasamos a la final”, dijo el ex delantero de Racing.

La primera final se disputó en el Estadio Presidente Perón. Racing dio vuelta el resultado y ganó por 2 a 1 con goles de Fernández y de Colombatti. Pero sin dudas el partido más complicado se jugó en Brasil. “Fue un partido que Cruzeiro se nos vino encima durante todo el encuentro. Jugábamos contra un equipazo y ante 100 mil brasileros en las tribunas. Fue un partido muy especial, pero estábamos con mucha confianza y pudimos soportarlo”, detalló Fernández.

Y agregó: “El contexto del partido se transmitía al campo de juego. También a los árbitros. Uno tiene que estar preparado para una situación así. Tuvimos que luchar contra todo”.

La vuelta se jugó el 18 de junio de 1988 en el Estadio Mineirao de Belo Horizonte. Antes que finalice la primera etapa, Catalán marcó el 1 a 0 para la Academia. En el tramo final del encuentro, Robson hizo el gol del empate, pero no le alcanzó.

Racing, después de 21 años de sequía, volvió a conseguir un título. Luego, en 2001, 2014 y 2019, la Academia obtuvo campeonatos locales. Pero la Supercopa Sudamericana de 1988 quedará en el recuerdo de todos los hinchas ya que fue la última conquista internacional de la institución. Ese plantel perdurará en el tiempo y en los sueños.

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