Por Florencia Golender

La inercia del alto voltaje político que avanzó la Casa Rosada en los últimos días, siguió al avión chárter de Aerolíneas Argentinas que trasladó al presidente, Alberto Fernández, y a su comitiva hacia la ciudad de Los Ángeles para participar de la IX Cumbre de las Américas. A las 7.37 (hora local) aterrizó el vuelo y ahí mismo arrancó la agenda con la recibida oficial que, más tarde, lo llevará a la Ceremonia Inaugural donde estrechará la mano de su par estadounidense, Joe Biden.

El Presidente viajó junto a la primera dama Fabiola Yáñez, el presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, el canciller Santiago Cafiero, Vilma Ibarra (Legal y Técnica), Carla Vizzotti (Salud), entre otros.

Las doce horas de viaje que se necesitan para llegar a una de las ciudades más importantes del estado de California alcanzaron para dar lugar al análisis político que realiza por estos días un importante miembro que integra la comitiva presidencial. En los pasillos del avión, Grupo Crónica pudo reconstruir ese panorama que vislumbra dos oportunidades encadenadas para el gobierno argentino.

Una en el frente externo reconfigurado por la guerra y, en consecuencia, otra en la coalición que encabeza Fernández para relanzar la gestión. “Si entras el auto a boxes, no alcanza con cambiar una rueda, hay que cambiar todas, hacer un cambio profundo”, es la metáfora que se le escuchó plantear al analista acostumbrado a la rosca.

Esa frase que otros integrantes de la delegación compartieron con este medio, refiere a la salida del ex ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas. Es la misma que el presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, esbozó ante el mandatario nacional en la Quinta de Olivos mientras el funcionario cuya salida escaló a los tribunales judiciales escribía sus 14 páginas de renuncia.

En esa reunión le dijo a Alberto: “no cambies una rueda, meté el coche a boxes”, contaron desde el entorno del tigrense a uno que ocupa asiento en el vuelo de Aerolíneas Argentinas. Lo que ve Massa y gráfica con la metáfora que sugiere un service para la mecánica de la coalición es que “hay que hacer un cambio más profundo en el gobierno. No se trata de un funcionario ni de armar una mesa de discusión para el Frente de Todos, eso ya quedó viejo, era para seis meses atrás”.

Por eso sostienen que le insistió al mandatario nacional: “hay que acordar en los puntos en los que podemos avanzar para solucionar problemas y dejar de lado los conflictivos para los que ya no da el tiempo. Esos se discutirán en 2023”, repasan las fuentes que le propuso al Presidente, palpitando una campaña electoral que dará mucho que hablar.

Fue en esas reuniones del sábado y el lunes últimos que Massa rechazó la propuesta del Presidente para ocupar el cargo que dejaba Kulfas. En la cartera de Desarrollo Productivo asumirá Daniel Scioli, embajador de Brasil, ex candidato presidencial (en 2015) y ex gobernador bonaerense que palpita también una posible PASO para el año próximo.

Massa y Scioli ya hablaron por teléfono y quedaron en continuar la charla.

“Lo de Kulfas es una vergüenza”

Habían pasado seis horas de viaje cuando las fuentes contaron a este medio la contundente postura de Massa sobre el accionar del ex ministro que acusó a otros miembros de su propio gobierno de armar una “licitación a medida” de Techint para la construcción del gasoducto Néstor Kirchner.

“Lo que hizo es una vergüenza. Acusar a un compañero de trabajo de corrupción. Asombra la falta de pertenencia y anclaje de algunos tipos”, opinó Massa frente a otros integrantes de la comitiva. Además, lo comparó con salidas “de caballeros” como la del ex secretario de Comercio, Roberto Feletti.

Massa entiende que Kulfas “se equivocó, recogió el guante y Cristina Fernández de Kirchner en el acto de YPF no se refirió a él. Es él el que escribe el OFF”. “No va a ser el primero que apunte a Cristina para limpiar culpas propias, muchos están acostumbrados a eso”, dicen que razonó el diputados nacional que se junta con la Vicepresidenta más seguido de lo que muchos creen.

Igualmente, lo de Kulfas no sorprendió a Massa. Si bien le reconoce aciertos importantes durante su gestión, también remarca un mal manejo político. “Por culpa de Kulfas, Alberto se peleó como 10 veces con Massa, con Cristina y hasta con un gobernador y cuando se fue le metió 14 páginas de renuncia”, enumeraron entre los asientos del avión.

En definitiva, Massa observa “una clara diferencia entre los tipos que tienen compromiso político y los que tienen vocación de funcionarios”.

En el frente externo: camino despejado

“¿Cuándo fue la última vez que invitaron a la Argentina a participar del G7?”, anda preguntando Massa a todo el que puede según contaron fuentes de la comitiva. “Nunca”, se auto responde (aclarando que el ex presidente Mauricio Macri no fue a sentarse en la mesa) en ese ejercicio para dar magnitud a la oportunidad que se abre para el país en el frente externo.

Después de la Cumbre de las Américas, Fernández sí se prepara para sentarse en la mesa con los representantes de los países del G7. Esa invitación genera en Massa optimismo por las necesidades de proteínas y energía que hoy tiene el mundo. Tal es así que las fuentes confirmaron que el líder del Frente Renovador viajará a fin de mes a Múnich, Alemania, para acompañar a Fernández.

En Los Ángeles el camino está despejado. Massa analizó ante diversos miembros de la comitiva presidencial que  “la Argentina puede tener un rol destacado mientras ejerce la presidencia pro-témpore de la Celac y como país de la región sur. Se abren espacios con el brasileño Jair Bolsonaro debilitado, con el chileno Gabriel Boric muy nuevo, no va el mexicano Andrés Manuel López Obrador, no va la hondureña Xiomara Casteo y, en tanto, por la guerra entre Rusia y Ucrania el mundo necesita proteínas y energía”.

“La debilidad de la cumbre es la fortaleza de Alberto”, resume Massa a sus compañeros de viaje como motivo para llenar esos espacios y concluye: “Se está configurando una nueva concepción mundial y es en ese marco que hay una oportunidad de repensar el gobierno”. Esto es lo que le repite con insistencia en los últimos días al Presidente, quien no por nada, horas antes de partir de Buenos Aires le pidió a Massa que se suba al avión.

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