Entre mayo, mes en que anunció su candidatura a la vicepresidencia, y la llegada de Cristina Fernández a Santa Cruz, pasaron seis meses.

Para entonces, la campaña electoral estaba en su máxima expresión, era octubre y la ex presidenta llegó para presentar “Sinceramente”, en el marco de su gira nacional que fue, sin dudas, su plataforma electoral.
Cristina llenó el Boxing. Adentro estaban candidatos y candidatas buscando la foto para hacerse sus afiches, pero la tensión estaba entre dos candidatos a la gobernación, Alicia Kirchner, su cuñada, y Javier Belloni, el intendente de El Calafate, su lugar en el mundo.

Como se trataba de la presentación de un libro y no de un acto proselitista, pero en medio de una fuerte disputa pública entre Belloni y Kirchner, la ex presidenta intentó evitar dar su bendición públicamente.
Lo intentó, porque en esto de que “Sinceramente” era un repaso por la propia historia, llegó a decir “cada vez que vengo a Santa Cruz almuerzo con Alicia”.

“¡Gol!”, gritó desde la segunda fila Martín Chávez, quien entonces era secretario de Estado de Gobierno.
Desde el anuncio de la candidatura de CFK, algo que ponía en valor la también candidata a la reelección en Santa Cruz era que entonces la provincia volviera a ser mirada con ojos de cercanía.

Siempre que voy a Santa Cruz almuerzo con Alicia

 

2019 fue el año en el que por primera vez las cuñadas jugaron partidas diferentes. Cuando Cristina era diputada y su esposo gobernador, ella estaba en el Ministerio de Desarrollo, antes en la gestión municipal junto a su hermano, y más tarde, doce años en la cartera social en la Nación.

No sólo las distanciaron los más de dos mil kilómetros entre el Congreso y La Rosadita, como le dicen a la Casa de Gobierno en Alcorta, sino las boletas, que fueron una pelea de meses en la Justicia Federal, en las que, por haber desdoblado las elecciones, Kirchner no pudo llevar la fórmula de los Fernández.

En esa intimidad que plantea el libro de CFK, su cuñada, la gobernadora, aparece en épocas de juventud, abandonando el hogar para irse a estudiar contrariando a su madre.

-¿Y lo que dice de vos Cristina?
“¿Querés que te diga cómo leí “Sinceramente”?, con lectura veloz, porque empezás tranquila los primeros capítulos y después querés atrapar todo rápidamente. Sobre lo que dice, eso es lo bueno que tiene la juventud, vas para adelante, aunque a mí me gusta seguir yendo para adelante todavía”, contó sobre el libro la gobernadora a La Opinión Austral.

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