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En un movimiento que ha generado repercusiones inmediatas y profundas en la economía y la política sanitaria de la región, Chile ha decidido suspender definitivamente la importación de carne y productos de origen animal provenientes de Argentina, desde la Patagonia. La medida, adoptada oficialmente por el Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) chileno, es la respuesta final a la decisión del SENASA, adoptada por resolución 460/2025, el pasado 27 de junio, habilitando l ingreso de carne con hueso plano al sur de la barrera sanitaria del Río Colorado.
De esta forma, la Resolución Exenta 5952/2025 del SAG, modifica otra similar del año 2008 que otorgaba el reconocimiento de zona libre de aftosa sin vacunación a la Patagonia Argentina y suspende “las importaciones pecuarias a Chile”.
Contexto y antecedentes
Desde 2008, la Patagonia argentina gozaba de un reconocimiento internacional y regional que la catalogaba como una zona libre de fiebre aftosa sin vacunación. Este estatus facilitaba las exportaciones de carne bovina, ovina, porcina y otros productos cárnicos hacia diversos mercados, incluido Chile, que era considerado uno de los principales destinos.
Con fecha 26 de junio de 2025, el SENASA emitio la resolución N° 460/25 , que autoriza el ingreso de carne con hueso y otros productos cárnicos provenientes de zonas donde se practica la vacunación contra la fiebre aftosa. Esto representó un cambio sustancial en la política sanitaria de la región, al modificar las condiciones bajo las cuales se mantenía la zona como libre de fiebre aftosa sin vacunación. La modificación fue justificada por el gobierno nacional, básicamente, en la necesidad de incentivar un abaratamiento interno en el comercio cárnico.
Para Chile, este cambio supone una alteración de las condiciones epidemiológicas que fundamentaron su reconocimiento y, por ende, una amenaza a la seguridad sanitaria de su propio sistema agroalimentario. La resolución del SAG, fechada el 30 de julio en Santiago, dejó sin efecto el reconocimiento previo, y en consecuencia, suspendió de inmediato las importaciones de productos cárnicos argentinos provenientes de la Patagonia.
Implicancias de la decisión chilena
La resolución oficial del SAG no solo implica un cambio en las relaciones comerciales entre ambos países, sino que también refleja una postura más estricta en materia sanitaria, alineada con las recomendaciones internacionales y las obligaciones de la Organización Mundial de la Salud Animal (OIE). En sus fundamentos, el SAG argumenta que la entrada en vigor de la resolución argentina 460/25 “rompe con las condiciones epidemiológicas que justifican el reconocimiento sanitario especial de la zona” y que, en consecuencia, “las condiciones de seguridad sanitaria ya no están garantizadas“.
El impacto directo de esta decisión afecta una amplia gama de productos: carne bovina, ovina, porcina, aviar, lácteos y derivados, todos ellos requeridos, según las normativas chilenas, provenir de una zona libre de fiebre aftosa sin vacunación para ser exportados sin restricciones. La suspensión, que entró en vigencia inmediatamente tras su publicación en el Diario Oficial chileno y ha generado preocupación en los sectores productivos y comerciales de la región patagónica.
“Esto viene a reafirmar lo que advertimos sucedería. Se perdió el mercado chileno y ahora hay que ver qué pasará con la Unión Europea“, afirmó a La Opinión Austral, el productor y delegado ante la CRA de FIAS, César Guatti. Y agregó “todo esto es muy lamentable“.
Repercusiones económicas y sociales
El cierre del mercado chileno para la carne argentina, especialmente la carne ovina, tiene una fuerte carga simbólica y económica en la región. En provincias como Río Negro, Chubut, Santa Cruz y Tierra del Fuego, las exportaciones de carne ovina, representan una fuente clave de ingresos para productores, frigoríficos y comunidades rurales.
El presidente de la Cámara de Frigoríficos Ovinos y Bovinos de la Patagonia (CAFROPAT), Jorge Molina, expresó en un comunicado la preocupación del sector: “Esta medida de Chile nos deja en una situación de crisis que puede afectar gravemente la economía regional. La Patagonia es reconocida por su calidad y seguridad sanitaria, y este cierre nos coloca en una situación de vulnerabilidad”.
El impacto no se limita a la exportación. La región también recibe visitas de productores chilenos en exposiciones rurales, quienes adquieren reproductores y participan en intercambios comerciales. La suspensión de las exportaciones puede afectar estas relaciones, además de poner en riesgo la estabilidad de los mercados internos y las cadenas de valor locales.
Reacciones oficiales y debates políticos
Desde el gobierno argentino, las autoridades sanitarias y comerciales han manifestado su preocupación por la medida chilena, solicitando diálogo y aclaraciones sobre los fundamentos técnicos y científicos que la justifican. El Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca ha emitido un comunicado en el que reafirma que la normativa argentina sigue en línea con los estándares internacionales y que continuará trabajando para mantener la sanidad de sus regiones.
Por su parte, el gobierno chileno defendió la decisión del SAG, como una medida precautoria para garantizar la seguridad sanitaria de su sistema agroalimentario. En declaraciones oficiales, funcionarios del SAG señalaron que la protección de la salud pública y de los consumidores es una prioridad. Pero admiten que la suspensión puede ser revisada, en función de los avances en el diálogo bilateral.
El tema ha reavivado el debate sobre la importancia de los acuerdos sanitarios en la región y la necesidad de armonizar las normativas entre países vecinos, especialmente en un contexto donde las relaciones diplomáticas y comerciales enfrentan desafíos por otras cuestiones políticas.
Posibles caminos a seguir
La situación actual plantea un escenario complejo para la producción patagónica. La clave estará en el diálogo técnico y en la búsqueda de consensos basados en la ciencia y en los estándares internacionales.
Expertos en sanidad animal adviertieron que las decisiones unilaterales sin un sustento técnico sólido pueden tener consecuencias negativas a largo plazo, afectando no solo las exportaciones, sino también la percepción de seguridad sanitaria en la región. Y apuntaron que es imprescindible restablecer la confianza y evitar que estas medidas se conviertan en un conflicto comercial de mayor escala.
Mientras tanto, productores y empresarios patagónicos continúan enfrentando las incertidumbres y las pérdidas económicas derivadas del cierre de mercados, en un contexto donde la sustentabilidad de sus actividades y la protección de la sanidad animal son prioritarios.
“La decisión del SAG reafirma lo que nosotros habíamos dicho en su momento, que iba a pasar con Chile. Algo previsible atento a cómo las autoridades sanitarias chilenas cuidan su estatus sanitario, que les costó mucho conseguirlo”, sostuvo Guatti, al tiempo que puso un signo de interrogación a lo que sucederá con la Unión Europea: “Vamos a ver cómo nos va, cuando lleguen las inspecciones“.
Mientras tanto, la única esperanza que les queda a los productores, al menos los santacruceños es que exista una resolución favorable de la Justicia Federal de Río Gallegos, a la medida cautelar presentada por la Federación de Instituciones Agropecuarias, para frenar la aplicación de la Resolución 460/2025. Esto se hizo horas antes del inicio de la Feria Judicial. Pero aunque ya se retomó la actividad del Juzgado, aún no hubo ningún tipo de resolución sobre el recurso de amparo presentado.
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