Your browser doesn’t support HTML5 audio
No existe un dato certero y es casi imposible obtenerlo, pero se estima que en Argentina hay unos 20 millones de perros y gatos que viven en la calle. A la escena desgarradora de cada animal viviendo en la intemperie, con fríos extremos en la Patagonia, se suma una cuestión real de salud ambiental.
Para hacer visible la realidad que padecen aquellos millones sin hogar, por idea de un estudiante universitario chileno, desde el año 2008, cada 27 de julio se conmemora el Día Internacional del Perro Callejero. La fecha tiene el objetivo de concientizar sobre la vida de sufrimiento de las mascotas que quedaron condenadas a una vida en las calles, donde crecen y mueren, generalmente, golpeados, atropellados, por hambre y enfermedades. La elección del día corresponde con el período más frío del hemisferio sur y la intención de empatizar al comparar el propio frío en el cuerpo e imaginar cómo lo vivirán ellos.
Aunque no existe la posibilidad de saber el número exacto de perros que viven en las calles, la cifra estimada a nivel país, por regiones y datos provinciales, se basan en los estudios que elaboró el Colegio de Veterinarios de Buenos Aires en 2018 —que determinó que en la Provincia había más de 6 millones de perros sin hogar—y ante la falta de soluciones en ese momento, se deduce que los nacimientos de animales en las calles no dejaron de incrementarse.
“Son unos cuantos millones más de lo que se determinó en 2018, y ya pasaron seis años. Entonces esos seis millones hoy están muy por encima. Y los 20 millones -que fue el estimativo en el país en ese año- también deben estarlo porque, en este momento, no hay ninguna política pública a nivel nacional que parta desde el Estado de manera activa. Antes existía el programa Pro-Tenencia, que recorría el país, pero no sabemos si este gobierno lo continúa”, aseguró Darián Noto, presidente de la Comisión de Comunicación de la Red de Políticas Públicas a Infobae.
En Mendoza —que fue pionera en la Argentina al sancionar la ley 7.603 (que prohíbe la matanza como método de control poblacional y establece la esterilización quirúrgica gratuita)— el porcentaje de perros sin hogar aumentó y hasta 2023 se contabilizaba que de los 500.000 que hay en toda la provincia, sólo el 20% tiene hogar; es decir que unos 400.000 canes viven en situación de calle.
Además, según los datos del censo 2021, en la ciudad de Córdoba unos 50 mil perros no tenían un hogar.
En tanto, en Tierra del Fuego, la cifra es un poco más baja, ya que son unos 49 mil los canes en las calles. “El servicio de castración hoy es limitado y tiene que llegar a toda la comunidad”, consideró Mía Finocchio, integrante de la Red de Políticas Públicas de esa provincia, durante una sesión ordinaria local en la que se planteó la situación de los perros en las calles.
Asimismo, indicó que desde la ONG tienen “un número aproximado que puede variar”, en referencia a los 49 mil canes en las calles. “Nosotros planteamos lograr una castración anual. Tenemos todo lo necesario para solucionar esta problemática. Estaría bueno que los quirófanos móviles sean sin tumo para que el servicio llegue más rápido”, aportó y con respecto a los perros sin hogar, agregó: “Le estamos dando las herramientas a la sociedad para que colaboren. Hoy, las ONG no dan abasto. Debemos crear la figura del ‘perro vecinal’ y hablar también de la castración temprana para evitar el primer celo y, con eso, lograr cortar un poco los nacimientos”.
En Río Gallegos, no hay consenso sobre la cantidad de perros en situación de calle y la mayoría de las ONGs que trabaja con los animales y el Municipio coinciden con que no tiene mucho sentido hacer ese relevamiento si no se atiende la problemática, es decir, si no se realiza una acción sobre ellos.
Lo más cercano a un censo, es lo que comenzó a realizar el nuevo titular del área de Control Animal de la capital de Santa Cruz con las juntas vecinales. Por ejemplo en el Barrio Docente, cuando hicieron un operativo de vacunación, con los vecinos detectaron que tenían 10 perros que “no eran de nadie pero que algunos les daban de comer”. En ese caso, los castraron y los devolvieron al barrio donde la Junta Vecinal aceptó hacerse cargo junto con los vecinos del barrio. “No es la mejor solución porque yo prefiero que ningún perro quede en la calle pero así los vecinos se pusieron de acuerdo y se hacen responsables a través de la Junta que los representa”, dijo el funcionario municipal Pedro Aguirre a La Opinión Austral.
El vecino que tiene un perro se tiene que hacer cargo. Esa premisa no tiene matices. Pero cuando esa primera regla no se cumple comienza una serie de contradicciones y se llena de grises. “Si una persona le da de comer, la gente tiene que entender que va a ser suyo; también en caso de alguna infracción”, explicó Aguirre. Y por ende, “si le da de comer debería tenerlo en su domicilio”.
Para Cristian de Cuchas Solidarias esa normativa es vieja porque esa regla choca con la Ley de Maltrato Animal “¿Cómo no le vas a dar algo de comida a un perro que se muere de hambre en la calle?”, cuestiona. La ONG lleva construidas y repartidas más de 140 cuchas en la vía pública de diferentes barrios de Río Gallegos.
Pedro Aguirre advirtió que con por la situación económica de las familias cada vez observa más perros en la calle. “Con la crisis que hay la gente está soltando los perros porque está caro el alimento”, sostuvo y apuesta a buscar soluciones entre el Municipio y los mismo vecinos. “Si vemos que al vecino se le escapa el perro ayudemosló a cercar bien su patio. Si denunciamos que lo tiene atado vayamos con un alambre para que pueda recorrer el patio”, expresó. En los cuatro meses al frente del área lo que le llamó la atención fue que cuando fueron al barrio Madres a la Lucha donde colocaron 192 vacunas a domicilio la gente tenía a los animales en los patios. “Son más responsables que en otros barrios donde vos ves que tiene recursos para cerrar los cercos”.
Por eso insiste en el trabajo con los vecinos a través de las Juntas vecinales que los representan. en el barrio El Faro detectaron otros 6 perros callejeros, que tenían dueño en la zona pero quedaron abandonados y encontraron en otros vecinos la solidaridad y son alimentados, aunque no dejan de estar en la calle. Si consiguen alguno que los empiece a meter adentro de su casa, mejor.
“Los vamos a ver, se los castra y se los lleva de vuelta a la zona porque ellos se hacen cargo de los perros”, explica. Al mismo tiempo está armando un proyecto para hacer ropa para los perros y que estén bien identificados.
No es sólo castrar
Para la ONG Red de Políticas Públicas el método para lograr el equilibrio poblacional de perros es la castración pero no de manera esporádica sino a través de un esquema eficiente que resuelva y que equilibre, fundamentalmente, la cantidad de nacimientos con la cantidad de hogares disponibles para recibir esos animales.
“La mayoría de los municipios del país implementan algún programa de castraciones, pero fundamentalmente, fallan en las características primordiales: castraciones gratuitas, masivas, extendida en todo el territorio, no excluyente ni discriminatoria, tempranas (antes del primer celo), sistemáticas y extendidas en el tiempo”, subraya Darian Noto.
Cuando se habla de equilibrio se trata de controlar el nacimiento de perros y gatos con la cantidad de hogares disponibles para recibir a esos cachorros. “En una situación de sobrepoblación, por supuesto que uno no puede albergar esa cantidad de nacimientos. Entonces, nacen y se quedan en las calles, donde abundan, o mueren porque no existe ese equilibrio”, sostiene.
Y coincide con Aguirre en que la crisis económica no ayuda. “El programa de equilibrio poblacional logra resolverlo de manera integral, mejorando la calidad de vida de la población humana como del resto de los animales, no sólo de perros y gatos, sino también del resto de la fauna que se ve afectada por la sobrepoblación de perros y de gatos”.
Leé más notas de La Opinión Austral
Compartir esta noticia