Por Marco Bustamante

Hace poco más de una semana, dos aviones 737 de Aerolíneas Argentinas, que volaban a toda velocidad sobre la provincia de Rio Negro en dirección al aeropuerto internacional Ministro Pistarini de Ezeiza, fueron acompañados por un objeto volador no identificado en las cercanías de la ciudad de Choele Choel.

De las imágenes y los comentarios, pudimos determinar que la extraña aeronave no mostraba un vuelo “orbital”, no era un satélite y mucho menos chatarra especial. Algunas de las fuentes consultadas, que tomaron como referencia las balizas del otro aparato que se ve en el video, pudieron determinar que el OVNI, era más grande que las propias maquinas de la empresa de bandera. Si bien este dato transita por el ancho camino de la especulación, nos deja claro, que el objeto, presumiblemente de construcción no humana, estaba ahí, paradito sobre Choele Choel, como queriendo ser visto.

Hace pocas horas ocurrió lo impensado, llegaron a nuestras manos videos tomados desde el suelo en el que se ve claramente, el mismo fenómeno que presenciaron los pilotos de los aviones.

Los investigadores Daniel López, Esteban Lingeri y Daniel Roma, estaban en la zona, registrando el cielo patagónico, cuando de pronto, aparecieron estas luces de la nada. Orbes incandescentes que no pueden ser aviones, ni satélites, ni nada conocido por el ser humano.

Los investigadores del grupo “El Origen”, Daniel López, Esteban Lingeri y Daniel Roma estaban en la zona registrando el cielo y captaron el OVNI de Choele Choel. FOTO: GENTILEZA MARCO BUSTAMANTE

El registro es contundente, son similares, sino gemelas, a las que siguieron a los aviones de Aerolíneas. Pero Daniel, Esteban y Roma, estaban a nivel del suelo, no a 33.000 pies como los aviones. En la zona no hay aeropuertos próximos, tampoco estancias con cascos de dimensiones importantes, ni demasiado tránsito vehicular. Es literalmente, el medio de la nada. Del lugar donde “el diablo perdió el poncho”, un poquito más allá todavía.

Imágenes tomadas desde tierra del OVNI de Choele Choel. FOTO: GENTILEZA MARCO BUSTAMANTE

El investigador Daniel López habló en exclusiva con este medio y dejó claro algo: los pilotos pudieron verlos porque había una voluntad de ser vistos por parte de los tripulantes del aparato. Sean quienes sean, extraterrestres, seres de otras dimensión o brujas en escobas con una antorcha en la mano, como en la edad media, ellos se mostraron por algo.

Mejor que la experiencia del comandante Polanco

El avistamiento OVNI de Choel Choel es mucho más completo que lo vivido por el comandante Jorge Polanco por muchas cuestiones. A diferencia de los aviones de 1995 en Bariloche, desde los modernos 737 se pudo registrar lo que estaban observando. Uno de los comandantes sacó su teléfono celular y pudo grabar el extraño artefacto.

En el avistamiento ocurrido hace 30 años, solo una tripulación pudo observar el evento. Es verdad que más atrás venia un avión de Gendarmería Nacional comandando por Juan Domingo Gaitán y Ruben Cipuzak, pero solo pudieron ver fue algo del tamaño de una cabeza de fosforo, que pasó por uno de los costados del avión, no mucho más que eso. En el avistamiento ocurrido hace pocos días, las dos tripulaciones vieron exactamente lo mismo.

Campamento de los investigadores del grupo “El Origen” donde captaron el OVNI de Choele Choel. FOTO: GENTILEZA MARCO BUSTAMANTE

En los dos casos aparecieron las conversaciones de la torre, pero en el más antiguo, tardaron años en conseguirlas, en la observación del pasado viernes 9 de setiembre, a las horas teníamos el material.

En 1995, solo Jorge Polanco y su tripulación de cabina pudieron observar el OVNI, nadie desde Bariloche logró ver el objeto y mucho menos sacarle una foto. En la experiencia vivida en Choele Choel, un grupo de personas, muchos metros por debajo del fuselaje de los 737, lograron captar con sus cámaras de visión nocturna la secuencia.

Por eso, el avistamiento OVNI de Choele Choel, protagonizado por dos tripulaciones de Aerolíneas Argentinas, es superior en cantidad de datos al ocurrido en 1995 y es, sin dudas, el acontecimiento con objetos voladores no identificados más importante de los últimos cincuenta años en nuestro país.

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