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Con profundo dolor, Río Gallegos despidió a Fernando Alturria, héroe de Malvinas que falleció este sábado a los 63 años. Fue combatiente en la Guerra de 1982, impulsor incansable de la memoria colectiva y símbolo de lucha por la soberanía argentina. Sus restos fueron velados en el Gimnasio Municipal 17 de Octubre, lugar que reunió a cientos de personas que se acercaron para brindarle un emotivo adiós.

Alturria no era solamente un veterano de guerra. Era un vecino ejemplar, una figura pública y un referente social en Río Gallegos, la ciudad más malvinera de la Argentina. Nacido en Buenos Aires pero radicado en Santa Cruz desde fines de los años ‘80, Alturria participó en la Guerra de Malvinas como cabo del Regimiento de Infantería 12 de Mercedes, Corrientes. A los 19 años, protagonizó el combate de Pradera del Ganso, uno de los enfrentamientos más violentos y decisivos del conflicto.

En varias oportunidades, Fernando compartió sus memorias con la comunidad y especialmente con los más jóvenes. En enero de este año, luego de regresar por tercera vez a las islas, expresó a La Opinión Austral: “Cada argentino que pise Malvinas es una bandera flameando”. Aseguró haber dejado allí una parte de su corazón, “allá estoy completo”, afirmó en aquella oportunidad, emocionado tras recorrer los lugares donde combatió y especialmente el cementerio de Darwin, donde homenajeó al único santacruceño caído en combate, José Honorio Ortega.

El compromiso de Alturria trascendió la guerra. Fue presidente durante años del Centro de Veteranos de Guerra “José Honorio Ortega”, desde donde impulsó innumerables acciones de “malvinización”, como él mismo definía el proceso de mantener viva la memoria histórica y el reclamo de soberanía.

Eduardo Chorrero, actual presidente del Centro, lo recordó en el velatorio con gran emoción: “Se nos va una persona que hizo más en la posguerra que durante la guerra. Su legado es enorme y ahora debemos seguir el camino que él trazó, con más fuerza y compromiso que nunca“. Chorrero también destacó que “Fernando fue uno de los pilares fundamentales para sostener la malvinización en la provincia. No solo hablaba de soberanía, la practicaba todos los días, con cada charla en una escuela, con cada gesto hacia los vecinos. Era un soldado durante la guerra y un mejor soldado después de la guerra, porque siempre incentivó la paz, el cariño, la comprensión y la memoria por los que no volvieron”.

E. Chorrero, Pdte. Centro de Veteranos.

Además, Alturria siempre se destacó por sus iniciativas solidarias. Una de ellas ocurrió en febrero pasado cuando lideró una campaña para ayudar a brigadistas de El Bolsón afectados por incendios forestales. “Queremos revivir esos momentos de 1982 donde primó la solidaridad de todos los argentinos”, sostuvo entonces, logrando convocar a numerosos vecinos a participar de aquella exitosa iniciativa.

Pero si hubo un momento del año en que Alturria sentía especialmente viva su lucha era durante la Vigilia del 2 de abril. “Ya no es solo de los veteranos, es del pueblo“, dijo en la última edición. Esta tradición, que él ayudó a consolidar, convirtió a Río Gallegos en un punto emblemático para el reclamo por la soberanía, congregando cada año a cientos de personas bajo el frío patagónico.

Cuando la noticia de su enfermedad se conoció, la comunidad inició una sentida cadena de oración. Alturria había sufrido una rápida y dolorosa descompensación producto de un tumor en etapa avanzada. Internado en el Hospital Regional, pasó sus últimos días rodeado de su familia, que lo acompañó hasta el final. “Se fue tranquilo, sin dolor“, compartieron sus hijas con La Opinión Austral.

Durante el velatorio, Daniel Álvarez, jefe de Gabinete del Gobierno de Santa Cruz, manifestó visiblemente emocionado: “Se nos va un soldado, un argentino, un amigo. Hoy seguramente estarán sonando cañones en el cielo para recibir a un héroe nuestro“. Álvarez subrayó que el nombre de Alturria “va a quedar inmortalizado en todos los riogalleguenses, en cada persona que sienta la causa Malvinas y levante su legado para que no muera nunca”. Además, remarcó que “Fernando no fue solo un símbolo institucional: fue un vecino más que caminaba nuestras calles con la misma convicción con la que defendió el suelo argentino en 1982. El mejor homenaje que podemos hacerle es continuar lo que él empezó“.

Daniel Álvarez, Jefe de Gabinete.

En medio de la despedida, también habló con el móvil de La Opinión Austral, Francisco Gómez Vera, un vecino que lo describió como “un hombre de enorme predisposición y generosidad“. Alberto Miguel Fassio, veterano y compadre de Alturria, quebrado por el dolor, lo recordó con una profunda emoción: “Perdí dos hombres en la guerra que llevo en el corazón, ahora pierdo a Fernando. Solo puedo pedir que lo recuerden con la última sonrisa que tuvo cuando estaba bien“.

F. Gómez Vera, vecino y Alberto Miguel Fassio, veterano.

Sus restos partirán este domingo desde el Gimnasio 17 de Octubre, realizando un recorrido simbólico por el Centro de Veteranos “Honorio Ortega” y el Monumento a Malvinas, antes de llegar al cementerio.

Fernando Alturria se va dejando un legado imborrable en Río Gallegos. Su vida dedicada a Malvinas, al recuerdo activo de los héroes y al compromiso constante con su comunidad lo convierten en un símbolo eterno de patriotismo. Hoy, la ciudad lo despide con un profundo agradecimiento y la promesa de mantener vivo su mensaje: Malvinas son argentinas, ahora y siempre.

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