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José Roberto Dromi murió el sábado 23 a la tarde, después de ver a Racing Campeón. Tenía 79 años. Era tan apasionado con su profesión de abogado y especialista destacado en Derecho Administrativo, como con el deporte (hincha de Independiente y fiel seguidor “de toda la vida” hasta de las ligas de Europa y de la Fórmula Uno). El ex ministro de Obras y Servicios Públicos del gobierno de Carlos Menem fue despedido por amigos y familiares el lunes 25 en el Cementerio de la Recoleta.
Fue un encuentro tan íntimo que no hubo ni fotógrafos, ni celulares ni cámaras de televisión.
A las 12:20 el padre Gustavo encabezó la ceremonia religiosa. A su derecha, un cuadro con la foto de Dromi (la tradicional, con uno de sus libros debajo del brazo). Familiares y amigos rodearon el féretro en una despedida breve, pero emotiva, junto a su esposa Laura, sus hijos Nicolás y Laura y sus nietos Matías, Martina, Giuseppe y Chiara.
A pedido del párroco se fueron sumando voces para recordarlo. Desde José Destéfano y Eugenio Díaz Jausoro hasta más amigos y amigas y empleados, quienes destacaron su rol de “emprendedor”, que era “una enciclopedia”, “de tener tanta voluntad que creía, y lo logró a veces, torcer la realidad”. Su esposa Laura San Martino, con su habitual tono bajo, prometió “seguir su legado”.
El diputado Miguel Ángel Pichetto destacó que juntos hicieron una obra (el reciente libro Identidad de la República) y pidió que “la sociedad le tiene que hacer un reconocimiento por todo lo que hizo. Fue un jurista notable”; el economista Orlando Ferreres dijo que se conocieron en el gobierno de Carlos Menem: “Yo era viceministro de economía”. El ex senador Eduardo Menem recordó cuando veraneaban en Pinamar, las campañas políticas, las obras escritas juntos: “Roberto siempre tenía proyectos. Y, como dice la canción, ‘Cuando un amigo se va, queda un espacio vacío’. Y eso es lo que siento ahora”.
También estuvieron, entre otros, Felipe Noble Herrera, el consultor y analista político Enrique Zuleta Puceiro, el ex secretario de energía Daniel Montamat, los periodistas Marcelo Bonelli, Adrián Ventura y Rodis Recalt.
Sus restos descansan en la bóveda familia Santa Maria (en honor a Santa María de Oro, el pueblo del partido de Rivadavia, en Mendoza, donde nació).
Para llegar hasta ahí hubo que caminar varios metros, incluso rodear el monumento a Juan Bautista Alberdi, que se encuentra muy cerca de su destino final.
Nicolás Dromi, muy emocionado al hablar de su padre, le dijo a Grupo Crónica: “De él rescato tres cosas: su amor por la familia, su inteligencia y voluntad. Es un ciclo de la vida. Y eso también nos significa en nuestra finitud, ¿no? Y también en la enseñanza en lo que nos precede. Vivió en su ley, laburando siempre, empujando siempre, creando, imaginando con su personalidad, un hombre hecho a sí mismo desde Rivadavia, Mendoza, al mundo. Jugó todas las finales que quiso jugar cuando se lo propuso: ganó muchas, perdió muchas, pero las jugó. Y se fue tranquilo, se fue recontra tranquilo. Se fue en paz. Con lo cual vivió a pleno. Nos deja un legado enorme, que espero podamos continuar. En su último tránsito en esta tierra, seguro de que ya igual está sentado al lado del barba, dándole consejos jurídicos.”
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