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La ciudad de Córdoba se encuentra conmocionada tras confirmarse que los restos hallados en el placard del departamento del expolicía Horacio Grasso pertenecen a Milagros Micaela “Pitu” Bastos, una joven de 22 años desaparecida desde agosto de 2024.
La noticia fue confirmada por un cotejo de ADN con su hijo de 6 años, poniendo fin a meses de incertidumbre para su familia y abriendo una investigación que apunta a esclarecer su muerte y el vínculo con el exagente condenado por un crimen narco en 2007.
La desaparición
Milagros, madre de un niño de 6 años, vivía en situación de calle y enfrentaba gravesproblemas de consumo. A pesar de ello, mantenía contacto con su familia, sobre todo para ver a su hijo.
La última vez que se vio a Milagros fue en agosto de 2024, en barrio Bajo Pueyrredón.
Allí se reunía con un grupo de adolescentes a consumir marihuana y “pipazo”- una mezcla de cocaína con otras sustancias químicas- , en las inmediaciones del playón deportivo que se encuentra ubicado a la vera del bulevar Eduardo Bulnes.
Su familia comenzó a buscarla de inmediato. En noviembre, formalizó la denuncia y comenzó a realizar publicaciones diarias en redes sociales, junto con pedidos de ayuda.
“No eran ausencias largas; por eso, cuando no apareció en ningún lado, supimos que algo malo pasaba”, dijo una de sus primas al diario La Voz.
El 5 de diciembre de 2024, sus familiares realizaron una marcha reclamando su aparición y denunciando la falta de apoyo de las autoridades. Al día siguiente, el Ministerio Público Fiscal difundió oficialmente su búsqueda, y el caso comenzó a tener cobertura mediática nacional.
El hallazgo en el departamento de Horacio Grasso
En el contexto de calle, Milagros habría conocido al expolicía Horacio y a Javier Grasso.
El primero, condenado en 2007 por el crimen de Facundo Novillo, un nene de 6 años que murió durante un tiroteo narco en Colonia Lola en 2007, cumplía prisión domiciliaria en el departamento de calle Buenos Aires, aunque con reiteradas violaciones a ese régimen.
Registros judiciales señalan al menos 190 salidas no autorizadas. Pese a las advertencias, siguió en libertad, hasta que a principios de julio de 2025 el juez revocó el beneficio y lo envió a Bouwer.
Pocas semanas después, el 5 de julio, albañiles que limpiaban su departamento encontraron un paquete macabro.
Había huesos humanos envueltos en mantas, atados con sogas y cubiertos con cal. Los albañiles habrían asegurado que los Grasso trataron de ocultar esa información.
Horacio Grasso y su hermano Javier, nuevamente en la mira
Tras el hallazgo, tanto Horacio como su hermano Javier fueron imputados: el primero por homicidio agravado por violencia de género y el segundo por encubrimiento agravado.
La investigación, dirigida por el fiscal José Bringas de la Fiscalía de Distrito Uno Turno Seis, busca determinar cómo y cuándo murió Milagros, así como esclarecer la relación que tenía con los Grasso.
Infancia y juventud de Milagros Bastos
Milagros nació y creció en barrio Renacimiento, al cuidado de su tía Mauricia Flores desde los 3 meses, debido a la adicción de su madre biológica. Criada en una familia amplia y contenedora, cursó la escuela primaria y fue apoyada por sus hermanos, primas y abuela.
Sin embargo, durante la adolescencia, su vida se vio afectada por el consumo de “pipazo”, una mezcla de cocaína y otros químicos, que la alejó del entorno educativo y familiar que la contenía.
Mauricia le pidió en varias oportunidades que aceptara internarse. Lo mismo hicieron sus primas. “El contexto la arrastró y no hubo solución. Era buenísima, amaba su vida. Pero de repente cayó y nada la pudo sacar”, resumió una de ellas.
Pese a la adicción, su hijo era su “tesoro”. “Cuando estaba bien, era muy mamá. Lo cuidaba un montón. Lo tenía limpito, bien vestido. Siempre volvía a su casa para verlo”, recuerda su familia. Ese niño, ahora huérfano, quedó bajo el cuidado de su abuela del corazón.
Última aparición y contexto de calle
Milagros fue vista por última vez en agosto de 2024 en barrio Bajo Pueyrredón, donde se reunía con un grupo de adolescentes para consumir drogas. Según la fiscalía, podría haber asistido al departamento de Horacio Grasso en busca de sustancias, donde habría sido atacada. La autopsia se ve dificultada por la falta de tejidos blandos, ya que solo se recuperaron restos óseos.
El caso de Milagros recuerda al de Brenda Torres, otra joven en situación de calle y adicta al “pipazo” cuyo cuerpo fue desmembrado en Córdoba, mostrando un patrón de violencia letal hacia mujeres jóvenes vulnerables.
Indignación familiar y reclamos de justicia
La familia de Milagros recibió la noticia con dolor e indignación, cuestionando la libertad de Grasso y la falta de control sobre su régimen de prisión domiciliaria. Su hijo quedó bajo el cuidado de su abuela del corazón, mientras que los familiares reclaman que se ejecute de inmediato la detención de Javier Grasso y se esclarezca el crimen.
El abogado Carlos Nayi, querellante en una causa previa contra Horacio Grasso por presunto abuso sexual, sostuvo: “Si se hubiera actuado a tiempo, hoy no estaríamos lamentando la muerte de esta joven”.
La fiscalía continuará trabajando para determinar la causa de muerte, la fecha exacta del crimen y el contexto en que se produjo. No se descarta la participación de terceros, y la investigación analiza si se trató de un femicidio, aunque las condiciones de los restos dificultan el análisis.
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