En la era de las fake news, la desinformación y la conspiración arrasaron con la posibilidad de que tuviésemos un debate serio sobre lo que de Santa Cruz se decía. La llamada “Ruta del Dinero K” representa el paradigma de la estigmatización, sí, pero también es un ejemplo fenomenal de cómo la abrumadora información falsa sirvió como pelotón de fusilamiento de la verdad.
El miércoles, el fiscal federal, Guillermo Marijuan, pidió el sobreseimiento de la vicepresidenta Cristina Fernández en la causa que investigaba el mecanismo a través del cual la familia Kirchner habría lavado dinero proveniente de la corrupción, sobre todo de la obra pública, en paraísos fiscales, o, como mejor se la conoce “Se robaron un PBI”, “Se la llevaron toda”, “Ruta del Dinero K”, entre otras alegorías.
El dictamen se conoció en vísperas de la histórica movilización a Plaza de Mayo de este jueves, cuando el peronismo celebró los veinte años de la llegada de Néstor Kirchner a la Presidencia.
El pedido de Marijuan, que con su campera chorizo encabezó las excavaciones para dar con el dinero de la corrupción enterrado en medio de la estepa patagónica, hizo que en la oposición decidieran bajarlo del pedestal y ahora le endilgan que actuó con timing político.
Desde el miércoles que Marijuan da explicaciones en los medios que le dieron fuerte cobertura a sus operativos en Santa Cruz. “Hice un intento de reconstruir esto y no hemos podido. Corresponde resolver esto de la manera que estoy haciendo, no puedo tener eternamente causas abiertas, o esperar que una prueba mágica me va a revertir la situación. Para mandar a juicio tengo que ver cómo participó y las pruebas que lo sustenten… las pruebas que existen no sustentan la participación (de Cristina) o que ella haya dado la orden o estado en los lugares concretos que tienen que ver con el lavado de Lázaro Báez”, sostuvo.
Así, el representante del Ministerio Público Fiscal da por cerrada su investigación a la vicepresidenta, a través de un escrito de casi cincuenta páginas, que se suma al pedido que ya en 2018 hizo el juez del caso, Sebastián Casanello.
Visto desde otra perspectiva. No hay nada que festejar en esta decisión, que llega con la conductora del peronismo proscrita. ¿Qué caso tiene llevarla a juicio si sobre ella pesa una condena que la sacó de juego electoral?
Nunca se vio algo igual. El despliegue en los campos, con la federal, helicópteros, perros, supuestos expertos y medios transmitiendo en vivo con música de suspenso esperando que apareciera algún billete, resultaba desopilante para quienes veían inverosímil la escena que llenaba horas y horas de televisión, incluso de los programas de la tarde más bien vinculados a los asuntos de la farándula.
La parafernalia de Marijuan en Santa Cruz siguiendo “La Ruta del Dinero K” duró días y a lo largo de la investigación se citó a declarar a los presidentes del Banco Santa Cruz, hubo exhortos a distintos países y se buscó torcer la voluntad de decenas de personas para que hablasen en calidad de arrepentidos del dinero “mal habido” de los Kirchner. Sin embargo, lo que apareció fue el de Mauricio Macri y de buena parte del mejor equipo de los últimos cincuenta años, en lo que se conoce como Panamá Papers.
Pero ¿cómo comenzó todo? Dijo alguna vez el periodista Jorge Lanata, que, arrepentido y temeroso, el ex marido de Karina Jelinek, Leonardo Fariña lo fue a ver un día a comienzos de 2013 para decirle que en el sur había un empresario de la construcción haciendo manganetas ¿Fue eso o algo mayor estaba sucediendo en la Argentina?
En abril de ese año, Cristina presentó el proyecto de reforma judicial que puso al poder mediático, económico y, por supuesto, al judicial, en estado de alerta y movilización. Las tapas fueron más duras y, con Néstor Kirchner muerto, se profundizó la pesquisa de Santa Cruz, como territorio del origen de la corrupción.
Un mes después de la presentación del proyecto, Clarín tituló sobre la posible existencia de una bóveda en la casa de los Kirchner en El Calafate. Quien tira esa línea es el ex vicegobernador, Eduardo Arnold, con la típica “me dijo, le dijo”.
En su libro Sinceramente, en el capítulo “Bien de Familia” (Pág. 151), en el que habla de cómo se cumplió aquello que Néstor Kirchner le dijo semanas antes de morir: “Te van a perseguir a vos y a tus hijos”, Cristina cuenta que Arnold “llegó a relatar que yo le había mostrado unas bóvedas donde supuestamente guardaríamos el dinero robado. Es más, llegó a asegurar sin tener miedo al ridículo que comenzó a sospechar cuando le comentaron que Néstor había comprado las cajas de seguridad del desguace del Banco Hipotecario Nacional de Río Gallegos”.
Buscando esa entrevista para esta nota, apareció una frase que, a todas luces, habla de la intencionalidad que cargaba Arnold, cuando dice que ese día, en realidad quería ver a Néstor pero que éste “se había ido con el Tango (el avión Presidencial) al dentista o a buscar los diarios a Río Gallegos”. No hace falta demasiado esfuerzo para imaginarse el enojo que esto puede causar en cualquier ciudadano de a pie.
Al día siguiente de la entrevista de Canal 13 a este ex vicegobernador, Lanata llega a El Calafate y hace un informe junto a una bóveda de utilería para graficar lo que supuestamente estaba adentro de la casa de la entonces presidenta. Esto, claro, antes de que, ni bien desembarcara la alianza neoliberal Cambiemos en el poder, el juez Claudio Bonadio, mandara a allanar la vivienda para buscar lo que nunca se probó que existió.
La realidad era cosa de perspectiva, la verdad fáctica una ilusión, la información circulaba profusa y desequilibrada. Para mostrar las consecuencias de ese allanamiento violento, como del intento de ¿golpes? ¿asesinato? ¿diálogo forzado? que se dio con la manifestación en la Residencia Oficial, que incluyo el incendio del nicho de gas, Cristina sólo contaba con su canal del YouTube y algunos medios.
En ese tiempo, Eduardo Costa, figura vertebral de todo el arco opositor de Santa Cruz, que hoy lo ningunea, vociferaba en su banca del Congreso que “se la llevaron toda” y por eso exigía que Cristina”- entonces senadora- fuese expulsada por inhabilidad moral. “Se llevaron todo el dinero de los argentinos y nos dejaron a los santacruceños sin servicio básico. Nos dejaron sin agua. Sin cloacas…Hemos estado ante el mayor saqueo de recursos públicos que se ha hecho del Estado argentino”, gritaba.
Sus palabras se repetían en otros dirigentes locales de ese espacio, mientras su pareja, Mariana Zuvic, recorría los canales de televisión poniendo a Santa Cruz en un escenario de calamidad, estigmatizante, ficticio.
Lo insólito fue que tanto Costa como Zuvic estaban siendo investigados por lavado de activos que surgen de una causa que llevaba el fiscal Federico Delgado contra Silvia Majdalani, que fue subdirectora de la AFI durante el macrismo. En el caso de los santacruceños, se trata de la compra de acciones del Hipertehuelche. Cuando esto pasó- y se ratificó en Cámara- nadie de la oposición dijo pío.
Hoy el pedido de Marijuan no tiene el peso ni el impacto, el espacio ni la intensidad mediática que tuvo la fenomenal puesta en escena de la “Ruta del Dinero K”. Pero esta no fue una idea ingeniosa sino que se trata de una forma ampliamente conocida y aplicada por totalitarismos que se construyen sobre la mentira y la manipulación. En este sentido podrían citarse muchos ejemplos en el mundo, incluso el de Alemania que significó una de las mayores tragedias para la humanidad, pero no hace falta ir tan lejos.
En el Anexo 2/256, la Junta Militar establece las pautas de Plan de Difusión del Documento Delta, que ordena cómo debían instalarse noticias de forma diaria. La finalidad era que estas validasen lo que hacía la dictadura y a eso, se sumaran voces de apoyo previamente pautadas que tenían que circular por los canales de televisión y radios.
Así, por ejemplo, en el punto 4.2 “Acciones principales” se lee que en el día 3 debían aparecer en los medios “imágenes y comentarios relativos a acciones terroristas a nivel internacional”. (Cualquier similitud con Venezuela o Cuba es pura coincidencia).
Luego de establecer qué programas debían tener invitados hablando bien de lo que hacían, qué tipo de imágenes y documentales debían difundirse y la creación de mesas de debate en “Si yo fuera presidente” y “Tiempo Nuevo”, la Junta habla de “registrar en noticieros y programas de opinión, con toda amplitud, comentarios y relatos sobre los asesinatos y actos terroristas más sonados (Aramburu, Viola, Rucci, vandor, etc).
Había que hacer enojar a la gente. Nada estuvo librado al azar.
Por eso, en tiempos donde la circulación de la información es vertiginosa y las redes fragmentaron nuestra capacidad de poner en debate la realidad, intentar que lo que es cierto esté siempre en el centro de todo, es un acto en defensa de la democracia, la memoria, la verdad y la justicia.
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