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Tras un año y medio fuera de las canchas por una grave lesión mal tratada, Ludmila Oporto, futbolista criada en Río Gallegos, reapareció en los micrófonos de LU12 AM680 con un testimonio crudo y honesto sobre lo que atravesó durante su paso por Newell’s Old Boys. A corazón abierto, relató los obstáculos que enfrentó en su rehabilitación, la falta de respaldo del club rosarino y su actual presente en UAI Urquiza, donde entrena con la esperanza de volver a jugar.
“Me rompí los ligamentos cruzados en un amistoso antes del torneo y la rehabilitación fue pésima. Me dieron un certificado trucho para liberarme y meter a otra jugadora en mi lugar”, contó la joven jugadora en una entrevista con la decana de la Patagonia. Su relato dejó en evidencia las dificultades que atraviesan muchas futbolistas profesionales en Argentina, donde, pese a tener contrato, aún se transita un camino lleno de precariedades.
Ludmila tiene 23 años, nació en Misiones pero fue criada en Río Gallegos, donde comenzó a dar sus primeros pasos en el fútbol jugando con varones en equipos como Ahonikén y Car-Mar. Luego pasó por Huracán, El Porvenir y San Lorenzo de Almagro, hasta llegar a Newell’s, club con el que firmó contrato a principios de 2024. Sin embargo, su ilusión se vio truncada por una lesión que marcó un antes y un después en su carrera.
“Cuando fui a Buenos Aires para sumarme a otro club, me enteré de que la rehabilitación estaba mal hecha. El certificado que me dieron para el alta era trucho, y no me quedaba otra que empezar de cero”, explicó. Por entonces, su pase a Huracán se frustró por no estar en condiciones físicas, y se quedó sin contrato, sin cobertura médica y sin club. “Sin obra social, con una lesión así, no podés hacer nada”, resumió.
Afortunadamente, Futbolistas Agremiados le abrió las puertas del centro médico y pudo iniciar una nueva rehabilitación, esta vez seria. “Gracias a Agremiados y al contacto de mi representante pude hacer una buena recuperación. Ahora estoy del alta y entrenando con normalidad”, contó, dejando en claro que su convicción fue clave para superar el golpe. “Si no estás fuerte mentalmente, no te levantás más. Hay chicas que caen en depresión y no salen”, reflexionó.
Hoy, su presente se encuentra en la UAI Urquiza, histórico club del fútbol femenino que milita actualmente en la Primera B. “El pase a un equipo de Primera se cayó porque no llegué a tiempo con el certificado de alta médica. UAI me abrió las puertas, sabiendo que vengo de estar un año y medio sin competir, y lo valoro muchísimo”, relató. Aunque todavía no debutó en la cancha, ya se entrena con el equipo y espera su oportunidad.
El plantel, compuesto en su mayoría por jugadoras jóvenes, la recibió con los brazos abiertos. “Las chicas son todas de mi edad, el cuerpo técnico me conocía y me hicieron sentir muy bien desde el primer entrenamiento”, comentó. Si bien sabe que debe recuperar ritmo y pelear por un lugar, no pierde de vista el objetivo: “Acá se juega para ascender. Cuando me toque estar, voy a dar lo mejor”.
Consultada sobre las condiciones del fútbol femenino argentino, fue contundente: “Aunque tengas contrato, el fútbol femenino sigue siendo amateur. No se puede vivir solo de esto. O comés, o pagás el alquiler. Las que pueden, estudian o trabajan además de jugar”. Una realidad que contrasta con el esfuerzo, el talento y la entrega que las jugadoras ponen cada fin de semana en la cancha.
Antes de despedirse, Ludmila aprovechó para saludar a su familia en Río Gallegos, a sus hermanos y a sus abuelos que están de visita en la ciudad. “Los extraño muchísimo”, dijo emocionada.
La historia de Ludmila Oporto es una de tantas en el fútbol femenino nacional: esfuerzo sin garantías, lesiones que exponen la falta de recursos y clubes que muchas veces dan la espalda. Pero también es un testimonio de resiliencia, de lucha y de amor por el deporte. Hoy, después del golpe más duro de su carrera, está de pie. Y aunque el camino sea cuesta arriba, volvió a entrenar, volvió a soñar. Porque como ella misma dijo: “Todo llega a su tiempo. Tardó, pero ya estoy haciendo lo que más me gusta”.
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