Fernando Sicilia, abogado de los seis oficiales de la Ciudad, señaló que Del Viso mostró su “imparcialidad” pero el magistrado rechazó el pedido de recusación, que ahora deberá resolver la Cámara del Crimen.

Los oficiales también están acusados de cometer vejaciones y privar ilegítimamente de la libertad a sus tres amigos luego de que fueran atacados a tiros por otros tres efectivos de la Policía de la Ciudad el 17 de noviembre pasado en Barracas.

El martes pasado Del Viso procesó con prisión preventiva a los seis efectivos policiales: los comisarios Juan Romero y Fabián Du Santos, el subcomisario Roberto Inca, el inspector Héctor Cuevas y las oficiales Lorena Miño y Micaela Fariña.

Todos están imputados por los delitos de “falsedad ideológica, falso testimonio y encubrimiento agravado en en concurso ideal”, a su vez en concurso real con “privación ilegal de la libertad agravada y porque en desempeño de un acto de servicio cometieron vejaciones contra las personas que se detuvieron“.

A Miño, Fariña, Cuevas e Inca también se los procesó por falso testimonio, ya que declararon como testigos el el sumario que inició la Policía Federal Argentina una vez que se apartó a los de la Ciudad de la pesquisa.

También está pendiente el pedido del viernes pasado del fiscal Leonel Gómez Barbella para que sean detenidos otros ocho Policías de la Ciudad que llegaron al sitio donde fueron atacados los cuatro adolescentes, porque para la justicia la escena del crimen fue adulterada con intenciones de hacer pasar el caso de “gatillo fácil” como un enfrentamiento.

Según las pruebas reunidas por Gómez Barbella, a esos ocho efectivos policiales se les atribuye “haber hecho insertar datos falsos en las actuaciones labradas” por la Policía Federal Argentina (PFA), como así también las “privaciones ilegales de la libertad” a los tres sobrevivientes y la “alteración” de los rastros y pruebas”.

Los sospechosos son un comisario inspector, un comisario, un subcomisario, dos principales, un oficial mayor, un oficial primero y un oficial, a quienes también les endilga “haberle aplicado tormentos y sufrimientos físicos y psicológicos” a Lucas González y a dos de sus amigos.

 

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