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Por Jorge Cicuttin

Y un lunes 27 de octubre de 2025 comenzó el gobierno de Javier Milei.

La historia dirá que triunfó en las elecciones dos años antes, que el primer presidente libertario de la historia argentina asumió en diciembre de 2023. Que desde entonces tomó decisiones fuertes, que se enfrentó a un Congreso adverso, que impulsó cambios de raíz, que soportó -y también reprimió- marchas pequeñas, grandes y multitudinarias, que en política exterior se sumó sin cuestionamiento alguno al tren de Donald Trump y Benjamín Netanyahu, y que también dio recitales de rock pesado. Todo en dos años muy intensos.

Es cierto. Pero “su” gobierno arrancó hace una semana, con el categórico triunfo en las urnas que convirtió en verdad su anuncio de “La Libertad Arrasa”. Pintó prácticamente todo el país de violeta.

Y ahora domina el Congreso -aunque en teoría no tenga mayoría-, y hace que los gobernadores -aún los que amagaron con rebelarse-, vayan al pie. Y también darse el lujo de dejar fuera de la convocatoria a cuatro gobernadores peronistas, uno de los cuales administra el distrito más fuerte y poblado del país. No importa, ya es “su” gobierno.

Ahora encarará con grandes posibilidades de éxito las reformas que políticas, sociales y económicas que quiera. Ahora vetará sin temor a un rechazo las leyes que no le guste.

Ahora no solo tiene la motosierra en sus manos, tiene la batuta.

Lo apoyó más del 40 por ciento de la población en las urnas. También -¿Lo más importante?-, lo apoya el gobierno de los Estados Unidos, con su “amigo” Donald Trump a la cabeza.

Todo hace suponer que podrá controlar el dólar, que llegarán inversiones amigables, que el riego país no será un impedimento para lograr crédito en el exterior, que seguirá bajando el gasto público, previsional y social sin oposición fuerte.

Milei podrá moldear el país a su manera. La población en las urnas le dio esta oportunidad. El establishment le ha dado su bendición. Ya no está el “riesgo kuka”.

Javier Milei tiene ahora la pelota en su poder.

Y lo que fueron unos primeros días de un Milei dispuesto al diálogo y más sereno y reflexivo en sus apariciones públicas, de pronto el viernes se mostró una contracara.

La cena que tuvieron Milei y Mauricio Macri en Olivos fue toda una muestra del poder que pretende ejercer el Presidente, y la más contundente fue la salida de Guillermo Francos y su reemplazo en la jefatura de Gabinete por Manuel Adorni. Un claro mensaje hacia la interna de poder dentro del gobierno libertario y hacia sus socios políticos.

Mauricio Macri se enteró en esa cena del cambio y las milanesas se volvieron amargas. Horas después del encuentro lanzó un extenso y crítico mensaje en las redes sobre la decisión presidencial. “Estoy tremendamente decepcionado por lo que el Presidente le propuso a la sociedad para esta nueva etapa”, dijo a un diario.

Ese mismo día Macri vio como Patricia Bullrich le detonaba el bloque del Pro en la Cámara de Diputados.

El ascenso de Adorni fue un reconocimiento al éxito de Karina Milei como armadora de La Libertad Avanza. La hermana del Presidente tiene ahora más poder. Se lo dieron los resultados de los comicios del domingo.

Este domingo por la tarde, Milei tomó otra decisión sorpresiva que no estaba en los planes de ningún analista: Diego “El Colo” Santilli será el nuevo ministro del Interior. Lo que resta saber es qué poder tendrá realmente Santilli para negociar con los gobernadores, ya que una queja permanente de los mandatarios provinciales fue que lo que acordaban con los ministros rara vez se cumplía una vez que el tema quedaba en manos de Milei.

Milei designó a Santilli como nuevo ministro del Interior

El interrogante que queda es qué lugar ocupará otro poderoso: Santiago Caputo. De él se habló como un posible ministro del Interior. ¿Habrá algún diseño novedoso de un Ministerio de Gobierno que incluya también áreas como obras públicas, inversiones y transporte? Se supone que la idea de Milei es balancear el poder interno entre Karina y Santiago.

Javier Milei arrancó con decisiones fuertes la segunda mitad de su mandato. Empoderado por el voto popular y Donald Trump. Cómo utilizará ambas cosas marcará el futuro cercano del país.

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