Conflicto pesquero: Nación convocó para este martes a una nueva reunión para buscar una solución

“A fin de buscar una solución al conflicto pesquero” comienza diciendo el comunicado que difundió el Ministerio de Capital Humano, para dar a conocer que se resolvió convocar “en carácter de urgente” a una nueva audiencia de partes, en la Secretaría de Trabajo para este 17 de junio.

Gestiones

La decisión se adopta y así lo reconoce el Gobierno nacional, tras el encuentro del viernes, en el que participaron las máximas autoridades de Santa Cruz y Chubut (Claudio Vidal e Ignacio Torres), junto a intendentes y referentes de los gremios de la pesca.

Durante el encuentro, se planteó la gravedad de la situación que atraviesan los trabajadores y las comunidades del litoral patagónico, en particular el caso del langostino, dónde la flota tangonera lleva 90 días de estar amarrada a puerto, sin salir al mar.

En el caso de Puerto Deseado, la pesca representa el eje central de la economía local, y si bien mantuvo su actividad por la buena zafra del calamar, con el fin de la misma, la semana que terminó se comenzó a vivenciar el aquitamiento en el puerto y su consecuente impacto social y laboral. “Si no se resuelve el conflicto, lo que queda junio y los meses de julio y agosto serán catastróficos para Deseado“, señaló a La Opinión Austral, el diputado y empresario de la estiba, Carlos Santi.

El intendente de esa localidad, quién participó del encuentro del viernes, señaló, a su término que la ciudad “no puede esperar más. La pesca es la vida misma de nuestra comunidad. Cada día sin actividad son familias que se quedan sin ingresos y comercios que no pueden sostenerse”.

Los gremios insisten en que la solución no pasa por la rebaja del salario de producción que plantean las empresas, sino que “la cuestión de fondo” va más allá de los costos laborales. “Está en las elevadas cargas impositivas sobre empresas y trabajadores son parte de la crisis”, indicaban, por ejemplo, desde la  Asociación Argentina de Capitanes de Pesca.  En un sentido similar, también se expresó el Sindicato de Obreros Marítimos Unidos (SOMU)

Propuestas

La provincia de Santa Cruz ofrecieron para aliviar la situación del sector: la reducción del costo del combustible, el análisis para eliminar tasas portuarias y la búsqueda de mecanismos fiscales que favorezcan la actividad. Además tanto Chubut como Santa Cruz abogaron por la quita de retenciones al sector, aunque sea de manera transitoria.

Así, según lo acordado este viernes, durante el encuentro del próximo martes, las autoridades nacionales y provinciales, conjuntamente con la participación de representantes de las cámaras y sindicatos del sector, abordarán la implementación de importantes exenciones fiscales con el objetivo de que la temporada de pesca en aguas nacionales comience con carácter de urgencia, pero “sin una afectación en los haberes de los trabajadores del sector“.

“El negocio está roto”

La duda hoy es si a las empresas, que no fueron convocadas a la reunión del viernes pasado, les alcanzará con eso. Ya en declaraciones previas, habían admitido que tanto las iniciativas provinciales como la propia quita de las retenciones, “son importantes pero no suficientes“.

Ya se perdió medio mes de uno de los meses de mayor captura del langostino. Esto llevó a que, en el mercado internacional las empresas comenzaran a registrar incumpliemtos en sus acuerdos comerciales, lo que vuelve fragiles, mercados que ya estaban consolidados, en medio de una inundación del langostino de cultivo a un precio muy inferior que el “salvaje” de la Patagonia.

Damián Santos, presidente del Grupo San Isidro, que opera desde Puerto Madryn, epicentro de las protestas y una de las ciudades más afectadas por el conflicto, fue categórico al hablar del tema, con Revista Puerto: “Todos debemos asumir la realidad, el negocio está roto, podemos discutir impuestos, retenciones o parches, pero mientras pescar sea sinónimo de pérdida, ningún barco va a salir del muelle”.

Las miradas, ahora, están puestas a la reunión de este martes, a la espera de que, cada una de las partes (gremios y empresas) cedan algo de sus posturas, priorizando la actividad, y de esa forma se salga al mar a “salvar” la zafra.