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Lo que debía ser una final histórica entre la Comisión de Actividades Infantiles (CAI) y Costa Brava terminó en un bochorno sin precedentes. El equipo de Comodoro Rivadavia quedó fuera del Torneo Regional Federal Amateur en un partido que nunca llegó a completarse y que terminó con incidentes, expulsiones masivas y una polémica arbitral que despertó la indignación de los jugadores, dirigentes y simpatizantes.
Costa Brava que venía dominando en lineas general el partido, ganaba 1-0 con un gol de cabeza de Fredes a los 36 minutos del primer tiempo, en una jugada precedida por una falta mal sancionada, lo que ya encendió la bronca no solo en los jugadores, sino en el público que es acercó desde Comodoro a apoyar a la CAI. Pero lo peor estaba por venir. Minutos después, el árbitro Marcos Santos cobró un penal para Costa Brava en una acción que ni desde la transmisión televisiva se pudo percibir como infracción. La reacción de los jugadores de la CAI fue inmediata: todos se fueron encima del juez, acusándolo de estar inclinando la cancha deliberadamente. En medio de los reclamos, Santos comenzó a repartir tarjetas de manera insólita y el partido terminó con un caos total.
Un arbitraje con polémica
El descontrol en la cancha escaló cuando los jugadores de la CAI se enfrentaron con sus rivales y hasta con efectivos policiales, que ingresaron para intentar calmar los ánimos. Entre la confusión, se expulsaron a seis futbolistas de la CAI, dejando al equipo sin la cantidad mínima de jugadores para continuar. Nicolás Segura, entrenador de la CAI, en diálogo con Pasta de Campeón explicó el desconcierto en medio del tumulto: “Por lo que tengo entendido echó a seis de nuestros jugadores y no se podría jugar reglama”.
Pasado el caos que se generó por la polémica, mientras el árbitro y sus asistentes se refugiaban en el vestuario, el plantel de Costa Brava comenzó a celebrar con su gente el supuesto ascenso, en una imagen que generó más indignación aún. Karina Thomas, dirigente de la CAI, expresó su impotencia: “Los árbitros no nos dan respuesta, están encerrados en el vestuario, mientras Costa Brava festeja el título en la cancha como si estuviera todo bien. Es una vergüenza lo que está pasando“.
José Vivanco, jugador de la CAI, también habló con Pasta de Campeón tras la suspensión y sus palabras reflejaron el sentimiento de injusticia:
“Impotencia, eso es lo primero que se me viene a la cabeza. Sabemos el esfuerzo que hicimos para llegar hasta acá y nos sacan la ilusión de las manos. Antes del partido ya sabíamos con qué nos íbamos a encontrar, pero no imaginábamos que iba a ser de esta manera”, explicó el jugador en relación a lo que los medios locales advertían podría pasar tras la designación de Santos.
“El árbitro no nos respondía, se reía en nuestra cara. Cuando se armó el tumulto, incluso llegó a pegarle a uno de nuestros jugadores“, contó Vivanco.
La predicción de Caruso
La indignación crece aún más al recordar las declaraciones previas de Ricardo Caruso Lombardi, quien en la semana había anticipado lo que iba a suceder. “La CAI no tiene chances de nada, está todo cocinado. Ya se sabe quién va a ascender. Si yo fuera de la CAI, ni viajo. El árbitro es el mismo en cuartos, semifinal y final. Nadie lo conoce, pero aparece en los momentos clave cada vez que juega Costa Brava. Todo está armado“.
Las palabras del experimentado entrenador ahora resuenan con más fuerza. Lo que se vio en la cancha de Viedma pareció confirmar las sospechas de arreglos arbitrales y favoritismos, dejando a la CAI fuera del torneo en el contexto más oscuro posible.
Los jugadores y el cuerpo técnico de la CAI quedaron devastados tras la escandalosa eliminación. Segura, aún con bronca por lo sucedido, dejó en claro su postura sobre el arbitraje y el desarrollo del partido: “Nos sentimos desprotegidos. Desde el primer minuto sabíamos que era difícil jugar contra el rival y contra otras cosas que se veían venir. Pero esto superó todo. Nos quedamos sin jugar, sin pelear en la cancha, y eso es lo que más duele”.
Vivanco también reforzó la sensación de injusticia: “No hay nada que podamos hacer. Lo único que queríamos era jugar, pero no nos dejaron. Nos vamos con una tristeza enorme porque nos sacaron lo que tanto trabajamos“.
Mientras tanto, en Comodoro Rivadavia, la bronca y la impotencia se hicieron sentir entre los hinchas, que expresaron su malestar en redes sociales y exigieron explicaciones a los responsables del arbitraje.
Un golpe al fútbol
Más allá del resultado, lo que ocurrió en esta final quedará en la historia del fútbol amateur como uno de los mayores escándalos del ascenso argentino. No se trató de un partido de fútbol, sino de una mancha que deja muchas preguntas sin respuesta.
“Felicitaciones a mis compañeros por el esfuerzo. Sabemos lo que dejamos por este equipo y este club. Hoy nos faltaron el respeto a todos“, cerró Vivanco, reflejando el dolor de un plantel que vio su sueño desmoronarse en una final que nunca debió terminar así.
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