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El 3I/ATLAS apareció el 1 de julio de 2025 gracias al telescopio ATLAS en Chile. Es el tercer objeto interestelar confirmado en nuestro sistema solar, después de Oumuamua en 2017 y Borisov en 2019.
Lo que lo hace realmente llamativo es su tamaño: un núcleo de unos 20 kilómetros y una masa de 33.000 millones de toneladas, el más grande que se haya registrado. Además, va a toda velocidad: 210.000 km/h. Y su órbita es hiperbólica, es decir, que viene de fuera y no está atrapado por la gravedad del Sol.
Para colmo, es viejísimo: tiene unos 10.000 millones de años, más que nuestro propio vecindario cósmico, que tiene 4.600 millones de años. Y está lleno de hielo, polvo y gases casi intactos del universo temprano.
Las 8 curiosidades que llaman la atención de Loeb
El astrónomo Avi Loeb, de Harvard, no descarta que 3I/ATLAS pueda tener un origen “no natural” y señala ocho cosas raras:
- Anticola hacia el Sol: parte de la nube de gas y polvo apuntó hacia nuestra estrella, algo muy extraño.
- Alta masa y velocidad: su enorme masa y rapidez exceden lo esperado para objetos interestelares.
- Casi en el mismo plano que los planetas: su órbita se alinea con el plano de los planetas, algo poco común.
- Encuentros cercanos con planetas: pasó muy cerca de Marte, Venus y Júpiter, como si alguien hubiera guiado su camino.
- Composición química rara: presencia de níquel, tetracarbonilo y cianuro, con solo un 4% de agua, inusual en cometas.
- Polarización extrema de la luz: la luz reflejada muestra características nunca vistas antes, indicando asimetrías extrañas.
- Dirección coincidente con la señal “Wow!”: su trayectoria apunta hacia la región del cielo donde se detectó la famosa señal de 1977.
- Cambio de comportamiento en la cola: pasó de anticola a cola convencional al acercarse al Sol, como una posible “frenada controlada”.
Loeb aclara que esto no prueba que sea tecnología alienígena, pero considera que merece seguirlo de cerca.
La mirada de los expertos argentinos
El astrónomo Diego Bagú, argentino, le baja un poco el tono a las teorías: “El 3I/Atlas es un cometa, nada de naves espaciales ni extraterrestres”.
Bagú explica que muchas de las cosas que llaman la atención tienen explicación natural:
- La anticola se forma porque los elementos más volátiles se subliman con el calor del Sol.
- La velocidad alta es normal, la gravedad del Sol lo acelera.
- La alineación con el plano de los planetas es una coincidencia.
- La química rara refleja que se formó en otra parte de la galaxia, donde abundaban esos elementos.
Incluso la coincidencia con la señal “Wow!” es solo curiosidad, nada más.
Qué lo hace realmente especial
3I/ATLAS no es un cometa cualquiera:
- Núcleo sólido de 5 km y químicamente distinto, rico en dióxido de carbono y pobre en agua.
- Edad de 10.000 millones de años, testigo del universo primitivo.
- Recorrido sorprendente por el Sistema Solar, con acercamientos a planetas y al Sol que los telescopios han seguido en tiempo real.
- El 19 de diciembre de 2025 se acercará a 270 millones de kilómetros de la Tierra, sin riesgo, pero perfecto para observarlo.
Entre lo normal y lo extraordinario
3I/ATLAS nos recuerda que el universo todavía tiene secretos. Su tamaño, velocidad y química lo hacen especial, y aunque probablemente sea un cometa natural muy raro, también abre la puerta a la imaginación. Como dice Loeb: “Queremos ver los datos de la NASA y de los científicos cuando terminen los bloqueos administrativos”.
Sea natural o no, este cometa nos da una ventana única al espacio y nos enseña que a veces lo extraordinario y lo normal pueden estar muy cerca uno del otro.
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