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El Gobierno de Javier Milei dispuso este lunes el cierre “definitivo” de la Dirección Nacional de Vialidad —organismo que dependía del Poder Ejecutivo y tenía a su cargo, entre otras funciones, la construcción de rutas—, así como también de la Comisión Nacional del Tránsito y Seguridad Vial y la Agencia de Seguridad Vial.

El vocero presidencial, Manuel Adorni, lo anunció en conferencia de prensa desde Casa Rosada. “La corrupción en la obra pública tiene su acta de defunción firmada, y la acaba de firmar el presidente Javier Milei”, expresó, en alusión al cierre de Vialidad Nacional. Además, indicó que la medida será publicada mañana en el Boletín Oficial.

La CNRT (Comisión Nacional de Regulación del Transporte) pasará a denominarse Agencia de Controles y Servicios Públicos del Transporte y será la autoridad de aplicación en lo que refiere a normas relacionadas a la fiscalización de concesiones viales”, explicó. En ese marco, agregó: “El Gobierno dará apertura a la licitación de 9.120 kilómetros de rutas que tras décadas de despilfarro y corrupción se vieron degradadas”.

Adorni se refirió igualmente al uso de las facultades delegadas que ejerció Milei, y que vencen mañana: “Decían que aprobar las facultades delegadas era ilegal, darle superpoderes a un gobierno reaccionario, que se vendía el país, armaron una tendencia en X”.

Y agregó: “La realidad es que el gobierno de Milei es de los pocos desde la vuelta de la democracia que no solicitó ni decretó una prórroga a las facultades delegadas, como lo hizo el kirchnerismo hasta el fin de su mandato. Hoy se horrorizan frente a un gobierno que las necesita para reparar el daño que ellos causaron”.

“Son los mismos que miraron para el costado cuando Alberto Fernández declaraba la ley de Solidaridad Social y Reactivación Productiva, que declaraba la emergencia pública y otorgaba poderes especiales al Ejecutivo, entre la creación de impuestos como el Impuesto PAIS”, afirmó.

Adorni sentenció: “En mayo de 2021, el gobierno anterior las usó para encerrar a los argentinos con la pandemia como pretexto, dejar a los chicos sin clases, cerrar las actividades productivas, prohibir reuniones privadas. El problema no es la herramienta, el problema es cómo se usa y para qué”.

En esa línea, remarcó que el presidente utilizó ese instrumento —que vence este martes— para aliviar las cuentas del Estado. “Por primera vez las facultades delegadas se usaron para aliviar la carga fiscal que recaía sobre los bolsillos de los argentinos. Los 65 decretos delegados que se promulgaron en el último año implicaron un ahorro de 2 mil millones de dólares en gastos”, aseguró.

Por último, destacó que el jefe de Estado no intentó extender el plazo de los denominados superpoderes. “El presidente respetó la institucionalidad. Primero porque no se prorrogó, se cumplió estrictamente con el plazo de un año, y segundo porque su propósito fue implementar un plan de reformas para sacar a la Argentina de la decadencia”, concluyó.

EN ESTA NOTA Javier Milei

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