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Por Sabrina Pont
Al acumular una suba de un 12% en lo que va del año y encaminarse a cerrar su mejor temporada desde 2020, el oro se erige como uno de los principales activos de 2024. La demanda del metal precioso se ve particularmente favorecida por los temores de una recesión mundial y los crecientes riesgos geopolíticos, según un reciente informe del Consejo Mundial del Oro (WGC, por sus siglas en inglés).
El trabajo expuso que la mayor parte de la oferta aurífera proviene de un pequeño número de empresas liderada por la norteamericana Newmont Corporation. Con una producción de 5,5 millones de onzas, la firma viene de reducir en un 8% su desempeño anual, pero maneja altas expectativas de recuperarse tras la adquisición de la australiana Newcrest Mining, operación cerrada en 17.000 millones de dólares.
En segunda ubicación figura la canadiense Barrick Gold, cuya capacidad productiva oscila en torno a los 4,05 millones de onzas (un 2,1% más que el año anterior). Hoy el foco de esta compañía se encuentra en el desarrollo de sus operaciones de República Dominicana y Nevada (Estados Unidos).
El podio lo completa otra minera canadiense: Agnico Eagle, que exhibe un nivel de extracción de 3,44 millones de onzas. Esta operadora, que viene de incrementar en un 10% su rendimiento anual, compró recientemente la totalidad de Malartic, la mina a cielo abierto más grande de Canadá.
Se requiere desarrollar 44 nuevos emprendimientos para mantener la producción.
El cuarto y el quinto puesto del ranking del WGC les corresponden a la Compañía Minera y Metalúrgica de Navoi (NMMC) y a Polyus Gold, respectivamente. Mientras que la empresa industrial más grande de Uzbekistán registra una producción de 2,9 millones de onzas de oro, la organización rusa supera los 2,89 millones.
El listado prosigue con la operadora sudafricana AngloGold Ashanti (que suma 2,59 millones de onzas), su compatriota Gold Fields (2,3 millones), la china Zijin Mining (2,17 millones), la canadiense Kinross Gold (2,15 millones) y la estadounidense Freeport McMoran (1,99 millones), en ese orden.
Otra particularidad del actual escenario aurífero global reflejada por el WGC tiene que ver con las mayores compras del metal precioso por parte de los bancos centrales, tendencia motivada por la incertidumbre económica reinante. De hecho, tal como informó la entidad, durante el segundo trimestre de 2024 la demanda de los bancos verificó un valor récord.
En total, los requerimientos de oro superaron las 1.200 toneladas métricas (Tnm) durante el período analizado, el mayor volumen desde el año 2000, cuando el WGC inició su registro de datos. Las compras netas del recurso por parte de los bancos centrales se elevaron un 6% en términos interanuales, hasta alcanzar unas 184 Tnm.
El precio promedio del oro en el mercado extrabursátil mayorista London Bullion Market Association, según el WGC, llegó a los USD 2.338 por onza en el segundo trimestre. Esa cifra configura un alza de un 18% interanual.
Un reciente trabajo de Wood Mackenzie advirtió que, para mantener sus vigentes volúmenes de producción, las grandes mineras auríferas deberán incrementar sustancialmente sus niveles de inversión exploratoria a lo largo y ancho del planeta. El relevamiento estimó en USD 37.000 millones el presupuesto requerido hasta el año que viene para poder repetir la oferta sectorial pre-pandemia.
Según Rory Townsend, responsable de la investigación, antes del brote de coronavirus se veía como una posibilidad real, que el suministro de oro estuviera acercándose a su techo. “Ahora, con los programas de exploración en pausa o directamente suspendidos, y la interrupción del suministro afectando a las cifras de producción, el techo está a la vista”, resumió.
Para no decaer, apuntó el especialista, el rubro deberá encontrar nuevos yacimientos que aporten como mínimo unas 250 toneladas (Tn) del metal precioso hasta 2025. “Esto equivaldría a desarrollar 44 nuevos emprendimientos”, especificó.
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