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Parecía otro fin de semana cuesta arriba. El viernes había dejado más dudas que certezas, con un monoplaza indócil y sensaciones frías en cada salida a pista. Pero Franco Colapinto volvió a mostrar que tiene esa fibra competitiva que no se enseña: cuando el auto respondió, él también lo hizo. Este sábado, en el circuito Gilles Villeneuve de Montreal, el argentino firmó su mejor clasificación desde su llegada a la escudería francesa, Alpine; quedó a escasos 139 milésimas de la Q3 y, por sanciones ajenas, largará décimo este domingo en el Gran Premio de Canadá, décima cita del calendario de la Fórmula 1.

Volvimos… ya era hora“, expresó Franco ante la prensa con una sonrisa que mezclaba alivio y orgullo. No era para menos. Llegaba golpeado desde lo técnico y lo anímico, tras varios fines de semana sin resultados y con un auto que no le permitía mostrar su talento. El viernes, incluso, terminó en la posición 19 en los libres, con tiempos alejados de su compañero, Pierre Gasly. Pero todo cambió de un día para otro. “Lo que hicimos ayer a la noche fue una locura. Apostamos fuerte, y salió bien”, resumió.

El pilarense, que cumple su cuarta participación en la F1 con Alpine, explicó que parte de sus dificultades recientes tuvieron que ver con una dirección errónea en los ajustes del coche. “Estuvimos yendo un poco en otra dirección. El simulador a veces muestra cosas que después en pista no se dan. Ayer nos animamos a cambiar mucho y encontramos el camino. Cuando estás tan lejos, te cuesta hasta empujar. Hoy, con todo mejorado, rendí al máximo”, confesó.

Y esa mejoría no fue solo en sensaciones. Colapinto logró meterse en la Q2 por primera vez con el A525 y superó con holgura a su compañero de equipo, Gasly, quien quedó eliminado en la Q1. Ya en la segunda tanda, volvió a destacarse: marcó un tiempo de 1:12.142, pero no le alcanzó para meterse entre los diez mejores por menos de dos décimas. Sin embargo, las sanciones a Yuki Tsunoda y Isack Hadjar le permitieron escalar al décimo lugar en la grilla.

En diálogo con los medios, Colapinto fue cauto pero optimista: “Estoy contento, fue una buena qualy y me sentí cómodo con el auto, que era lo que estaba buscando desde hace semanas. Largando décimo, hay oportunidades. Si hacemos una buena salida, podemos ir para adelante“.

También dejó lugar a la reflexión. Aseguró que el A525 sigue siendo un coche complejo, que “rebota mucho” y que “gana y pierde grip de forma muy repentina”. “Eso al piloto le saca confianza. Es muy difícil manejar así, sobre todo arriba de los pianos. Pero hoy, por fin, lo sentí mío”, reconoció.

Colapinto también valoró el trabajo de su equipo técnico, al que elogió por no bajar los brazos en medio de la tormenta. “Mis ingenieros siguieron empujando, incluso cuando las cosas no salían. Es mérito de ellos también. Estábamos lejos, y hoy estuvimos cerca de la Q3. Se lo merecen”, sostuvo.

El piloto de 21 años partirá desde la quinta fila de salida, en lo que representa no solo una de sus mejores posiciones en Fórmula 1, sino también un bálsamo tras semanas difíciles. Montreal aparece como una oportunidad real para volver a sumar puntos, tal como lo hizo en Azerbaiyán, cuando terminó octavo con el Williams. “Desde el undécimo puesto se puede llegar a los puntos”, había anticipado antes de saber que largaría décimo.

Este domingo, desde las 15:00 (hora argentina), Colapinto intentará dar otro paso adelante en su carrera. La ilusión es legítima. Después de todo, volvió a sonreír en un gran circo que no perdona. Volvió a competir, volvió a creer. Y lo hizo cuando más lo necesitaba.

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