En la Catedral Metropolitana de Buenos Aires, este domingo, el arzobispo Jorge García Cuerva celebró la misa por el inicio del Ministerio Petrino del papa León XIV.

“’En esto reconocerán que ustedes son mis discípulos, en el amor que se tengan los unos a los otros’. Con estas palabras Jesús afirma que la identidad de los cristianos no consiste sólo en la confesión de una doctrina o el cumplimiento de ritos y normas, sino principalmente en vivir el mandamiento nuevo que hoy nos regala: amarse los unos a los otros como él nos amó“, destacó García Cuerva.

Luego agregó: “Será por eso que Juliano, el apóstata, un emperador del siglo IV y muy contrario a los cristianos, sin embargo, reconociera sorprendido cómo se amaban los seguidores de Jesús: ‘Es una vergüenza para nosotros ver cómo los galileos no ejercen la misericordia sólo con los que comparten su fe, sino también con los que rinden adoración a los ídolos’. Es decir, a Juliano le llamaba la atención que además de amarse entre ellos, los cristianos también amaban a los que tenían otras ideas”.

“El filósofo griego Celso, en el siglo II, también muy contrario al cristianismo, llegó a afirmar: ‘Recogiendo a gente ignorante, que pertenece a la población más vil, los cristianos desprecian los honores y la púrpura, y llegan hasta llamarse indistintamente hermanos y hermanas’”.

“¿Se podrá decir lo mismo de nosotros?, ¿acaso seremos capaces de amarnos los unos a los otros como Él nos amó, y tratarnos como hermanos?, ¿podremos llamar la atención de quienes nos vean por cómo nos queremos, por cómo construimos fraternidad, por cómo nos perdonamos y nos jugamos la vida por el Evangelio?”, llamó a la reflexión el arzobispo.

 

“León XIV se ha transformado en un apóstol de la paz”.
JORGE GARCÍA CUERVA, ARZOBISPO

También subrayó: “Por eso desde el primer momento el Papa León XIV nos animó a que, sin miedo, unidos, tomados de la mano con Dios y entre nosotros, sigamos adelante. Somos discípulos de Cristo. Cristo nos precede. Porque, aunque vivamos geográficamente lejos de los focos de conflictos bélicos, las guerras comienzan en el propio corazón, y cada uno de nosotros puede ser o no artífice de paz en la realidad concreta y cotidiana. El santo padre, lo expresó claramente en el encuentro con los representantes de los medios de comunicación: la paz comienza por cada uno de nosotros, por el modo en el que miramos a los demás, escuchamos a los demás, hablamos de los demás; y, en este sentido, el modo en que comunicamos tiene una importancia fundamental; debemos decir “no” a la guerra de las palabras y de las imágenes”.

“Cada uno de nosotros puede ser o no artífice de paz en la realidad concreta y cotidiana”.

“En estos pocos días León XIV se ha transformado en un apóstol de la paz, en un faro en medio de las oscuridades de la violencia y de los enfrentamientos constantes, en medio de las penumbras de las descalificaciones y la intolerancia. Por eso el papa nos está animando a todos, como lo hizo su predecesor, a forjar la cultura del encuentro frente a la cultura de la indiferencia”, remarcó.

 

 

García Cuerva recordó una noticia de hace algunos días. “Un ejemplo crudo y brutal que simbólicamente expresa esa indiferencia lacerante y cruel: la imagen de una señora fallecida en el piso de un casino de la provincia de Buenos Aires, mientras otras personas continuaban frenéticamente apostando en las máquinas de juego”, mencionó.

Es urgente la amistad social, redescubrirnos hermanos, algo tan audaz en este tiempo, porque va claramente en contra de una tendencia marcada por un individualismo, que genera soledad y muchas formas de descarte. Y como lo expresaba el querido y recordado Francisco, esta es una situación de la que es imposible salir por nuestras propias fuerzas; la humanidad siempre ha experimentado que nadie puede salvarse solo”, sostuvo.

“Hoy le pedimos al Señor que haga nuevos nuestros corazones para que podamos ser reconocidos como seguidores de Cristo por nuestro testimonio y coherencia en vivir el amor fraternal, y hacerlo como él nos amó, porque su amor es servicial, liberador, universal, incondicional”, agregó.

Finalizando la homilía, García Cuerva subrayó: “Rezamos hoy especialmente por el papa León XIV que inicia su ministerio petrino, le pedimos a Dios le conceda muchos años, y que sea un valiente testigo del amor de Jesús, que su voz profética siga clamando por la paz y la justicia, y que toda la Iglesia se comprometa a acompañarlo, convencidos que el mensaje del Evangelio es la fuerza de transforma el mundo”.

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