Your browser doesn’t support HTML5 audio
Por Irene Stur
La reciente alianza entre YPF y Shell representa un hito significativo en el fortalecimiento de Argentina como un actor clave en el mercado internacional de gas natural licuado (GNL). En un evento celebrado en La Haya, Países Bajos, los líderes de ambas compañías, Horacio Marín, presidente y CEO de YPF, y Cederic Cremers, vicepresidente Ejecutivo de GNL de Shell, firmaron un Project Development Agreement (PDA) que marca el inicio de la primera fase del ambicioso proyecto “Argentina LNG (por las siglas en inglés de GNL)”. Este acuerdo establece las bases para la construcción de una capacidad de licuefacción de 10 millones de toneladas anuales (MTPA), con la integración formal de Shell en el desarrollo del mismo.
Argentina LNG
El proyecto “Argentina LNG” se desarrollará en dos fases, con una capacidad de exportación combinada que alcanzará aproximadamente 30 millones de toneladas por año. La iniciativa contempla la creación de instalaciones de exportación, tanto en alta mar como en tierra, que utilizarán gas no convencional de Vaca Muerta.
Cabe recordar que Vaca Muerta es la segunda formación de shale-gas con mayores recursos del mundo. Cuenta con 308 TCF de potencial. Ese gas que se extraiga se transportará a través de un sistema de gasoductos que se extenderá 580 kilómetros hasta la planta de procesamiento y licuefacción ubicada en Punta Colorada, cerca de Sierra Grande, en la provincia de Río Negro.
La inversión prevista para la concreción de Argentina LGN es de USD 55.000 millones.
Con el PDA firmado, YPF y Shell han reafirmado su compromiso de avanzar en la Fase 1 del proyecto “Argentina LNG”, que requerirá una inversión total aproximada de USD 55.000 millones. Esta cifra incluye USD 20.000 millones para el upstream, USD 10.000 millones para el midstream y USD 25.000 millones para la construcción de la planta de GNL. Durante el evento Shale en Argentina, Marín destacó que el gas argentino podría llegar a Asia a precios competitivos respecto de casi todos los nuevos proyectos en Estados Unidos.
La Fase 1 del proyecto contempla la instalación de dos unidades flotantes de licuefacción, con una capacidad de exportación de entre 8 y 10 millones de toneladas anuales, lo que equivale a una producción de gas de entre 32 y 40 millones de metros cúbicos por día (MMcm/d). Se espera que estas unidades se instalen entre 2029 y 2030.
Por su parte, la segunda fase prevé la construcción de hasta cuatro módulos terrestres que podrían aumentar la capacidad de exportación a entre 15 y 20 millones de toneladas anuales, con una producción de hasta 80 millones de metros cúbicos por día. Esta panta modular terrestre, en dos fases, estará ubicada en Sierra Grande.
Mercado Internacional y Local
“Argentina LNG” es un proyecto netamente exportador. Sin embargo el anuncio también ha generado expectativas en el mercado local. Mauricio Roitman, extitular de ENARGAS, entre 2017 y 2019, recordó que el GNL podría jugar un papel crucial en la sustitución de combustibles más costosos, especialmente en el transporte pesado, lo que resultaría en menores costos y un impacto ambiental significativamente menor en comparación con el gasoil.
En declaraciones al portal Surtidores el especialista subrayó la flexibilidad logística que ofrece el GNL para la generación eléctrica en áreas donde el acceso al gasoducto es limitado. Esta capacidad de monetizar recursos contribuiría a la sostenibilidad de las operaciones en el sector energético.
Pero para un desarrollo expansivo del GNL, puertas adentro de la Argentina, debería avanzarse en la adaptación de la infraestructura existente en las estaciones de servicio. Roitman recordó que, en su momento, se promovió la creación de “corredores azules” que permitieran “el desarrollo de rutas con acceso a estaciones adaptadas para el GNL, beneficiando tanto al transporte terrestre como al fluvial y marítimo, donde ya existen normativas internacionales que favorecen su uso”, enfatizó.
Mercado Energético Argentino
A su vez, Raúl Olocco (que fuera secretario de Energía en 1989), opinó que el acuerdo entre YPF y Shell coloca a Argentina en la “élite del mercado internacional de gas licuado“. Al tiempo que consideró que al ser un contrato principalmente orientado a la exportación: “Las divisas generadas podrían beneficiar a todos los sectores, incluidas las estaciones de servicio, a través de un impulso a la economía general del país“.
Por su parte, Jorge Lapeña, consultor que fuera también secretario de Energía, adoptó una postura más cautelosa. Marcó que aunque “una exportación masiva podría reducir los precios internos gracias a economías de escala”, es necesario, señaló, evitar el riesgo de desabastecimiento si no se prioriza el consumo local.
En cuanto a la competitividad del gas argentino en los mercados internacionales, esta será esencial: “Argentina deberá competir con actores como Estados Unidos, Qatar y Australia,” y esto podría derivar en precios “más atractivos para los compradores y sostenibles para la producción local” señaló.
En definitiva, el desarrollo del GNL en gran escala, no sólo representa una oportunidad para potenciar el sector energético argentino, sino que también plantea desafíos significativos que deberán abordarse para garantizar un desarrollo sostenible y equilibrado.
Leé más notas de Irene Stur
Compartir esta noticia
Dejanos tu comentario